Pablo Gutiérrez (Huelva, 1978) nació oficialmente como autor literario hace cuatro años con la publicación de su primer libro, una novela titulada Rosas, restos de alas (2008). La segunda obra, otra novela, Nada es crucial (2010), lo consagró como "uno de los mejores narradores jóvenes de la literatura en español" (revista Granta), opinión que comparten, de forma prácticamente unánime, los críticos especializados.  Estos días, Seix Barral saca a la venta su tercera novela, Democracia, obra con la que parece estar llegando al gran público.

Profesor de Literatura en un instituto de Huelva, al escritor le gusta su profesión: "Sí, me gusta dar clases. Seguramente es una vocación tardía". Porque antes de pasarse a la enseñanza, Gutiérrez había estudiado Periodismo en Sevilla, y lo llegó a ejercer por algún tiempo. "Pero dejé el periodismo y empecé a dar clases ya antes de publicar mi primera novela. Ya se presentía de alguna forma lo que iba a pasar unos años después, lo que está ocurriendo ahora: la manipulación política, la explotación laboral... Ya entonces me olía mal. Y además, necesitaba más tiempo para mí". Por eso lo dejó.

Las clases de Literatura se las toma como una oportunidad: "Me gustaría poder poner en marcha, con mis alumnos, algunas cosas que tengo en la cabeza y que aprendí cuando estudié en Londres y fui testigo de otra forma de impartir y recibir clases". Una forma que, reconoce, no es fácil en los momentos actuales: "Los problemas con los que un profesor se enfrenta ahora son en el fondo los mismos que ya se encontraban en el sistema tradicional, e incluso los mismos con los que se enfrentaban mis profesores en Londres". La falta de medios y de consideración social son para este profesor las claves de que no se pueda cambiar algo: "La Administración considera la educación como un instrumento de propaganda".

Espectaculares las críticas a las novelas de este escritor comprometido y respetuoso con la profesión del escritor. Sabe Pablo, y así lo demuestra, que en la narrativa no todo vale. De su primera obra, Rosas, restos de alas, dijo Jesús Magro en su blog: "Es un libro que nadie debe perderse porque en él asistimos al nacimiento de un gran narrador del que espero que dentro de unos años podamos decir que fue uno de los mejores escritores de este nuevo siglo". Y de Nada es crucial, "inteligente y brutal, ágil y en ocasiones de un brillo deslumbrador", resaltaba Fernando Castanedo en Babelia.

Son varios sus referentes literarios, pero uno es su preferido Pío Baroja: "Es con quien creo que tengo ciertas similitudes... En la intención por lo menos", asegura. Porque Gutiérrez también trata de retratar una época y exponer sus tragedias sociales. Puestos a hallar similitudes, destaca alguna con otro destacado joven novelista, Isaac Rosa: "Creo que tenemos la misma idea social de que hay que escribir sobre lo que ocurre".

La poesía es en su prosa su gran musa Gutiérrez cree que las verdaderas referencias que actúan en sus novelas son poéticas. "En mis libros no hago referencia, en realidad, a ningún novelista o novela, y sí a multitud de poetas y poemas. El título de mi primer libro es un verso de Juan Ramón Jiménez, y el del segundo, de Miguel Hernández. También salen en mis libros Dámaso Alonso o, en muchas ocasiones, José Agustín Goytisolo. Creo que de la poesía surge el impulso de escribir".

Democracia, su última novela, se asoma directamente a la situación política actual. ¿Dónde se ubica su autor? "No me adscribo a ninguna opción política, pero me considero más cerca del anarquismo, entre otras cosas por la desconfianza que siento hacia cualquier forma de gobierno".