"¿Qué se puede decir de este país (Estados Unidos) si no hay gente dispuesta a pasar el día tumbado en una cama con alguna vuelta de vez en cuando?"
La pregunta se la hace John Schwartz, periodista de 'The New York Times'. El porqué: la NASA, según publica este diario, no encuentra voluntarios para pasar tres semanas tumbados en la cama en un experimento que pretende contrarrestar los efectos de la ingravidez.
¿Por qué no pueden trabajar con nosotros?
Los voluntarios - si los hay- tendrán que pasar
Para contrarrestar los efectos de la ingravidez, algunos de los voluntarios darán diariamente 30 vueltas por minuto durante una hora.
El precio por esta pequeña 'tortura' será de 6.100 dólares (algo más de 4.800 euros). El experimento incluye 11 días de test médicos y nueve de recuperación.
¿Cuántos voluntarios se han presentado? Por el momento sólo 30. Una cifra irrisoria en el
El porqué de la falta de entusiasmo de los estadounidenses ante tal experimento lo sugiere la propia doctora Warren: "¿podría dejar alguien tanto tiempo su trabajo?"
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