Un guionista español en los Goya canadienses (y II)

Tras publicar ayer las primeras impresiones de su viaje a Toronto (para asistir a la entrega de los Canadian Screen Awards, a los que estaba nominado), el guionista de Enemy JAVIER GULLÓN entra ahora en harina para describirnos al detalle la ceremonia de los 'Goya canadienses'. El escritor español salió de dicha gala sin una estatuilla pero, como compensación, acumuló anécdotas para dar y tomar.

La semana antes de ir a los Canadian Screen Awards, Z, el productor, nos avisó apurado de que la gala de entrega de premios no tendría glamour y que nos iba a dar vergüenza ajena. P, el productor español, y yo tuvimos que explicarle que en España nos gusta hacer las galas de la misma manera.

Así de entrada, dos diferencias llaman la atención con los Goya. La primera, desde hace un par de años (desde que dejaron de llamarse Genies a estos premios) se entregan en la misma gala los galardones del cine y de la televisión. Es decir, entre Mejor Fotografía y Mejor Montaje, entregan el premio a Mejor Presentador de Deportes, por ejemplo. Este año, los premios de ficción en televisión fueron copados por Orphan Black, una serie que aunque no tenga nada que ver con “Enemy” curiosamente también juega con las diferentes “identidades” de un mismo personaje o actor.

La segunda diferencia con los Goya es que la gala se divide en dos partes. La primera se dedica a los premios más técnicos o menos populares y… no es televisada. La segunda parte de la gala, la llamada “Broadcast Gala”, sí es televisada y es donde se entregan los premios más gordos y/o los más populares; sobretodo actores, directores y el premio homenaje. Es una fórmula que ayuda a que el show televisado sea más ágil, aunque en este caso su duración sigue siendo un lastre, sobretodo por culpa de los numerosos cortes publicitarios.

El caso es que durante la gala no televisada nos fuimos viniendo arriba porque “Enemy” se llevó Mejor Montaje, Mejor Fotografía y Mejor Música Original… Hasta que llegó el de Mejor Guion Adaptado, en donde me vine abajo.

Cara de "NO hemos ganado un premio".

Durante esta parte de la gala hubo varios premios técnicos a Cazadores de sombras: Ciudad de hueso una de esas superproducciones basadas en novelas para adolescentes. La industria canadiense del cine se apoya en gran parte en este tipo de productos, películas de Hollywood (o series) que se ruedan en Canadá porque es más barato y los estándares de calidad son muy altos. Quizás eso ayude a que exista la otra cara del cine de ese país, que en mi opinión es las más interesante, un cine más autoral, más libre.

El momento más entretenido de esta primera gala quizás fue cuando Serena Ryder recogió el premio a Mejor Canción Original. Se emocionó, estuvo encantadora y no entiendo por qué no encuentro el vídeo en YouTube.

Así llegamos al descanso. Todo el mundo corriendo al baño. Una larga fila de hombres trajeados esperando.

Todo muy civilizado.

Mi sorpresa vino cuando, al girar la esquina del fondo, vi a ¡David Cronenberg! Estaba con las manos bajo el secador de aire, frotándoselas pensativo, como a cámara lenta. Soy muy poco mitómano, pero me quedé mirándolo embobado. Joder, ¡era David Cronenberg secándose las manos!

Por fin dio comienzo la gala televisada. El Manel Fuentes canadiense resultó ser Martin Short, que me pareció que estaba CASI igual que en “El chip prodigioso”. Quizás lo que más me sorprendió del guion fue que hicieran chistes sobre el frío. No sé, yo pensaba que los canadienses ya lo tendrían superado. Es como si nosotros hiciéramos chistes sobre toros y paellas. O igual no tiene nada que ver. El caso es que la gente estaba harta del frío y que los chistes eran igual de malos que los nuestros sobre el Ministro de Cultura.

Jason Priestley subió a recoger el premio a Mejor Actor por la serie de TV “Call Me Fitz” y yo no me pude contener y saqué el móvil.

Es bajito... ¡Pero es Brandon!

Mis compañeros de fila no entendían por qué hice esta foto. “Do you know him?!”, me preguntaban extrañados. ¿Cómo explicarles que Sensación de vivir marcó mi adolescencia y la de toda una generación en España?

El caso es que Jason Bradford Priestley es canadiense, de Vancouver, y esto me lleva a una sesuda reflexión:

Todo el mundo es canadiense.

¿Michael J. Fox? Canadiense. ¿Pamela Anderson? Canadiense. Celine Dion, Frank Gehry, Avril Lavigne, Linda Evangelista, Keanu Reeves, Alanis Morrisette, Bryan Adams, Neil Young, Jim Carrey, Leonard Cohen, Rachel McAdams, Ellen Page, Ryan Gosling, Seth Rogen, Michael Cera, Donald Sutherland, James Cameron, Justin Bieber. Todos canadienses.

David Cronenberg, canadiense también, recibió el premio a toda su carrera en manos de Viggo Mortensen. La ovación fue de las largas.

David Cronenberg escuchando el largo aplauso.

En el momento de la entrega, Viggo Mortensen provocó la risa del público dándole a Cronenberg una bandera de los Montreal Canadiens (el equipo de hockey sobre hielo de Montreal, máximo rival de los Toronto Maple Leafs). Fue como si a Garci le dieran una bandera del Real Madrid. O algo así. Seguro que a @futbolycine se le ocurre un símil más afinado.

Volviendo a los premios, Jake Gyllenhaal no ganó el de mejor actor, que fue para Gabriel Arcand por The Auction. En cambio, Sarah Gadon sí ganó el de Mejor Actriz Secundaria, sumando el cuarto galardón para Enemy.

El último premio para nuestra película fue el de Mejor Director. Denis Villeneuve lo suma a los otros seis premios de la Academia Canadiense que tiene en casa. Al volver de recogerlo, Denis se detuvo para “consolar” a su amigo Sébastien Pilote, que estaba nominado como director por The Auction.

Denis con Sébastien Pilote y Gabriel Arcand.

Por fin llegó el premio a la Mejor Película, que recayó en la cinta que había ganado también el de Mejor Actriz: Gabrielle, la historia de una joven que padece un trastorno genético conocido como Síndrome de Williams (la actriz protagonista, Gabrielle Marion-Rivard, es la misma Gabrielle que da título al filme).

Con todo el pescado vendido, regateamos el cóctel oficial y nos fuimos corriendo a la fiesta en el apartamento recién estrenado de Z. Aparte de nuestras compras del día anterior en el mercado (aceitunas, quesos y muchas botellas de Foxtrot), en una esquina un camarero abría ostras sobre la marcha y, en el centro de la cocina, un maestro sushi preparaba niguiris al momento. Al apartamento fueron llegando los equipos de tres películas, Gabrielle, The Grand Seduction y Enemy. “Aquí hay más premios que sushi”, repetía Z.

Fue entonces cuando me topé con Elan Mastai, el guionista de The F Word que me había arrebatado el premio a Mejor Guion Adaptado. No lo dudé un instante. Me giré hacia el camarero que abría ostras, le quité el pequeño cuchillo de filo corto y me acerqué al guionista rival. Le quité las gafas y le saqué los ojos con un hábil movimiento de muñeca. Luego, me los comí con un poco de wasabi.

Denis habla con Louise Archambault, directora de 'Gabrielle'.

Al fondo, el guionista de 'The F Word', antes de morir.

Había bebido demasiado y los Québécois estaban todos en grupo hablando en francés. Era el momento de irse.

Le robé una bufanda a Z, abriendo un armario al azar, y caminé cuatro manzanas hasta el hotel.

Me desplomé en la cama, borracho, con un incipiente dolor de garganta, pensando en cómo iba a ser mi “argumentario” de vuelta en España. Quizás algo tipo “Ganamos cinco premios. Pero bueno, ya sabes, Jake y yo perdimos.”

JAVIER GULLÓN es guionista de cine (Hierro, Al final del camino, Invasor...). Enemy, con guión suyo y protagonizada por Jake Gyllenhaal y Mélanie Laurent, se estrenó en España este viernes.

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