Tras una mañana de intenso trabajo en una obra en la pedanía de la Santa Faz, los operarios, exhaustos, no perdieron la ocasión para, después de comer, echarse a la bartola y tomar una plácida siesta. De esta forma, estos trabajadores pudieron reponer fuerzas para completar una agotadora jornada laboral en el siempre duro tajo de los andamios.
Siesta tras un día muy ajetreado
Los peones de la construcción también tienen derecho al descanso.
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