El Círculo de Empresarios Vasco ha abogado por un tipo máximo del Impuesto de Sociedades en la media de la UE y por una presión fiscal que no "demotive" el ahorro y la inversión" y no produzca "deslocalizaciones". En este sentido, ha considerado que la política "más idónea" en la actual coyuntura no es la de desarrollar "una competición de progresismo normativo" en los ingresos, sino "la eficiencia en el gasto".

En un comunicado hecho público en relación a las reformas en materia tributaria, el colectivo empresarial ha subrayado que la fiscalidad es "clave" para la recuperación económica, lo que obliga a las instituciones vascas a ser "especialmente eficientes" a la hora de lograr un equilibrio entre gastos e ingresos.

En esta línea, ha señalado que, teniendo en cuenta la intensidad de la crisis y la capacidad normativa "singular" que deriva del Concierto vasco, el Impuesto de Sociedades tiene "una extraordinaria eficacia como instrumento para impulsar en estos momentos el crecimiento económico".

A su entender, constituye "un elemento fundamental de competitividad", sobre todo, cuando las exportaciones vascas, la internacionalización de las empresas de Euskadi y la demanda exterior pueden "atenuar" los efectos de la recesión. Por otro lado, ha recordado que los países que más crean empleo son "precisamente aquellos que más cuidan la tributación de sociedades".

En este sentido, ha considerado que sería "lógico" que el tipo impositivo máximo aplicable a las empresas se situara en el entorno del tipo medio de los países de la UE, del 23 por ciento.

"deslocalizaciones no deseables"

Asimismo, el Círculo ha manifestado que las instituciones deberían ser "especialmente cuidadosas" con la fiscalidad sobre el ahorro y la inversión, "sobre todo cuando se trata de rentas previamente ganadas, ahorradas y ya tributadas".

De este modo, ha señalado que la crisis obliga a "un esfuerzo fiscal solidario y progresivo" en función de las rentas de cada contribuyente, si bien ha añadido que "es indudable que el principio de que 'el que más gana más paga' ya se verifica actualmente en términos ciertamente progresivos".

Además, ha advertido de la necesidad de evitar hay que un exceso de presión fiscal "no sólo acabe desmotivando el ahorro y la inversión, elementos esenciales para la reactivación económica, sino que también produzca deslocalizaciones nunca deseables".

En cualquier caso, ha opinado que la política fiscal "más idónea" para superar la actual situación económica "no consiste tanto en desarrollar una competición de progresismo normativo en lo referente a los ingresos, como en buscar la eficiencia en el gasto, logrando un marco estable que armonice un sistema tributario justo y un modelo racional de gasto público, de dimensión en la administración, de estado de bienestar sostenible y de fomento e incentivación económica".