Los tres acusados por la muerte María Luisa Blanco, la mujer discapacitada que fue asesinada y descuartizada en 2009 en un domicilio en el barrio ovetense de Vallobín, en Oviedo, Jesús V., Cristian M. y el hermano de la víctima, Pablo L. B., han querido hacer uso este viernes de la última palabra en la vista oral que se celebra desde el lunes y que ha quedado vista para sentencia, pero lo han hecho con diferente actitud.

El primero en hablar ha sido Jesús V., que sin titubear y con voz alta y clara, casi gritando ha vuelto a negar su participación en los hechos y ha asegurado que "Pablo es un asesino".

"Esa persona —acusando con el dedo a Pablo L. B.— es un asesino. Lo es y aunque yo caiga lo voy a demostrar", ha dicho Jesús V., después de negar que existiese una botella de whisky que supuestamente obligó a beber a la víctima.

Otro de los acusados, Cristian M., con la cabeza cabizbaja, misma actitud que la mantenida desde el inicio de la vista el pasado lunes, tomó la palabra para pedir perdón a los padres de la víctima.

"Pido perdón a los padres por el sufrimiento que les causé y estoy de acuerdo con todo lo que dijo mi abogado", ha manifestado.

Por su parte el hermano de la víctima y también acusado, pablo L. B. apenas si pudo pronunciar una frase. "Es verdad que pudimos hacer algo pero yo estaba muy asustado", titubeó.

El Ministerio Fiscal solicita una pena de 111 años y 11 meses de cárcel para cada uno de los acusados C.M.P. y J.V.B, al tiempo que pide una condena de 25 años y 8 meses de prisión para el tercero de los imputados, P.L.B.B., hermano de la víctima.