Llegaron en Cataluña hace 40 o 50 años, en trenes abarrotados y con la esperanza de encontrar una vida mejor para los suyos. Ahora, reivindican que quieren a España y que se sienten tan catalanes como extremeños, andaluces o asturianos y que este sentimiento no lo cambiará la política.

La 26ª Trobada Ciutadana de 20minutos recogió las experiencias y el debate de familias catalanas de origen inmigrante que ven la independencia como una reafirmación de los catalanes ante una España que perciben que no les entiende. Ni siquiera en sus pueblos de origen. Todos ellos hicieron una defensa enconada del bilingüismo y del derecho a decidir y enmarcaron el auge independentista en el contexto de un Estado español que sienten cada vez más lejano.

Explican que cuando viajan a su ciudad natal constatan que hay una imagen manipulada de Cataluña. A pesar de todo, dicen que son federalistas, pero que comprenden que cada vez haya una deriva soberanista más marcada y apuestan por recuperar el diálogo.

Una propuesta llevada al debate por el alcalde de Sant Adrià, Jesús M. Canga, fue especialmente aplaudida y glosó en buena medida los puntos clave del encuentro. Canga apuntó que convendría crear un proyecto Erasmus para invitar a estudiantes a vivir en Cataluña y conocer su realidad. "Deberíamos haberlo hecho a nivel interno ya hace años, el desconocimiento es total y esto hace que haya un discurso totalmente manipulable", sentenció.

Pilar Cuny, nacida en la Vall d'Aran y casada con un hijo de la inmigración durante el franquismo, apostó porque también los políticos pasaran por este Erasmus entre Comunidades Autónomas. Lázaro Rubiales, que emigró en Cataluña en los 60 desde Extremadura, elogió esta idea porque "Cataluña está mal vista en el resto del Estado. Hay odio, porque son muchas las mentiras que se dicen", aseguró.

En este sentido, Canga remarcaba que "la gente no conoce la realidad catalana y está condicionada por los medios que no son imparciales". Fermina Pérez, andaluza de 66 años, iba más allá al afirmar que "a los catalanes nos tienen muy discriminados en España", y Ferran Acosta, de 18 años, apuntaba que "las mentiras que dicen en Madrid se las creen por ignorancia, con todo el respeto, y porque nunca han vivido aquí".

La independencia no es la solución a los problemas actuales de Cataluña, según perciben estas familias, y apuestan por un Estado federal. Pese a ello, creen que "no hay marcha atrás" en la escalada soberanista de los catalanes y auguran que se producirá la secesión. "Mis hijos verán la independencia de Cataluña porque los demás no harán nada", recalcaba Lázaro Rubiales.

Además, son partidarios de que se haga un referéndum para aclarar las dudas. El alcalde Canga auguró que "esto habrá de acabar en una consulta", y es consciente de que " se ha llegado a una situación límite de desencanto". Rubiales, que votaría en contra de la independencia, se preguntaba: "¿Por qué Cataluña no debe tener derecho a que se le pregunte?".