El presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujua, reclama al Gobierno central "un giro de 180 grados" en su propuesta de medidas fiscales para la Sostenibilidad Energética, que, a su juicio, sigue "sin incidir en las transformaciones estructurales requeridas por el sector".

En un post publicado en su blog, el presidente de la patronal vasca señala que, junto a los de la propia crisis, otro de los problemas más preocupantes que afronta actualmente la industria manufacturera tiene que ver con el "fuerte incremento" que en los últimos años han experimentado los costes energéticos, "en algunos casos hasta casi duplicarlos".

Según señala, el encarecimiento de las actividades reguladas, las tasas e impuestos, el aumento de la potencia instalada por encima de su utilización real y la expansión de las energías renovables con primas que suponen más de 4.500 millones anuales son algunos de los factores responsables de que en España el precio de la electricidad "esté hoy, tanto para el consumidor doméstico, como para el industrial, entre los más caros de nuestros competidores europeos".

Lujua indica que al incremento "continuado" del precio ha venido a sumarse, por otra parte, la necesidad de corregir el déficit de tarifa que se genera cada año entre lo que cuesta producir la energía y el precio final al que se paga, "pese a ser éste ya tan elevado".

"Se está afectando con ello muy negativamente a la competitividad de las empresas productoras y consumidoras, pero sobre todo a los sectores manufactureros más intensivos en consumo energético, que suponen en el caso del País Vasco el 40 por ciento del PIB industrial y el 62 por ciento del empleo", ha añadido.

Lujua señala que, para responder al déficit de tarifa, que no a la "esperada" reforma del sector energético, el Congreso aprobó este pasado jueves el Proyecto de Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética. El presidente de Confebask indica, a falta de su tramitación en el Senado, que la iniciativa sigue sin incidir en las transformaciones estructurales requeridas por el sector, como mejorar la eficiencia, sus infraestructuras y su competencia, establecer un adecuado mix energético, disponer de estabilidad regulatoria o reducir la dependencia exterior.

Asimismo, cree que tampoco representa una apuesta por la competitividad industrial, dado que las medidas contempladas "gravan todavía más el precio final de la energía con nuevos impuestos".

"El objetivo recaudatorio prevalece de esta manera sobre la necesidad de actuar para resolver los problemas de fondo y hacerlo, además, en el largo plazo", advierte.

En este sentido, señala que, en un momento en que la crisis económica "ha debilitado" tanto a las empresas, sería importante disponer de políticas y medidas alineadas con el objetivo de mejorar su capacidad competitiva en el ámbito de los costes y en el de la liberalización de sectores regulados. "No hacerlo, trabajar incluso en la dirección opuesta, representa, por el contrario, un claro error de diagnóstico, de visión y de actuación", asegura.

Por ello, indica que las empresas solicitan al Gobierno "un giro de 180 grados" en su propuesta para facilitar la competitividad de la industria y que afronte "de manera urgente" las causas reales que están originando el déficit de tarifa eléctrica.

"El futuro de la siderurgia, de las cementeras y de otros sectores clave de nuestra economía depende de cómo se aborde esta reforma", añade.