El consumo ínfimo de alcohol puede afectar al cociente intelectual del niño

  • Niveles relativamente pequeños de alcohol en el útero pueden afectar al bebé.
  • El cociente dependerá de la capacidad del feto para borrar el alcohol.
  • Entre el 25 y el 45% de las españolas toman alcohol durante el embarazo.
Un ginecólogo realiza una ecografía a una mujer embarazada.
Un ginecólogo realiza una ecografía a una mujer embarazada.
GTRES
Un ginecólogo realiza una ecografía a una mujer embarazada.

Dado que entre el 25 y el 45% de las mujeres en España consumen bebidas alcohólicas durante el embarazo, habrá que seguir repitiendo que no se debe tomar alcohol si no se quiere perjudicar al feto. Podría pensarse que acaso un poquito, una copita ocasional, no tendrá efectos, pero no es así.

Un estudio de las universidades de Bristol y Oxford (Reino Unido) acaba de observar que un consumo mínimo, eso que diríamos "inofensivo", de alcohol puede afectar al cociente intelectual (IQ) del niño. Niveles relativamente pequeños de alcohol en el útero pueden afectar al bebé.

"Nuestros resultados sugieren que incluso a niveles de consumo de alcohol que se consideran normalmente inofensivos, se pueden detectar diferencias en el coeficiente intelectual infantil, puesto que depende de la capacidad del feto para borrar este alcohol. Esto evidencia que incluso en estos niveles moderados, el alcohol está influyendo en el desarrollo del cerebro fetal", afirma el director de la investigación, el doctor Ron Gray, de la Universidad de Oxford.

Tras revisar datos de más de 4.000 madres y sus hijos, hallaron que cuatro variantes genéticas de los genes metabolizadores del alcohol entre los 4.167 niños estaban fuertemente relacionadas con un menor cociente intelectual a los 8 años de edad. El IQ del niño era en promedio era casi dos puntos menos por modificación genética que poseían.

Los autores del estudio –que aparece publicado en Plos One– sólo observaron este defecto en los hijos de las mujeres bebedoras moderadas. No hubo un efecto evidente en los niños cuyas madres se abstuvieron durante el embarazo, lo que sugiere que fue la exposición al alcohol en el útero lo que conducía a la diferencia en el cociente intelectual del niño.

Los grandes bebedores no se incluyeron en el estudio, que analizó a mujeres a las 18 y 32 semanas de gestación y tomó como equivalente a una unidad de alcohol, una bebida.

Entre el 25 y el 45% de las mujeres en España consumen bebidas alcohólicas durante el embarazo (datos de 2010), pese al riesgo de malformaciones y trastornos mentales y conductuales que puede ocasionar en el bebé. Según expertos de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), una de cada cinco de estas mujeres pueden llegar a tomar hasta cinco o más consumiciones por ocasión, lo que agrava aún más el riesgo de sus bebés.

Las malformaciones durante el desarrollo del feto son más graves si el consumo es abundante, y pueden afectar al corazón, los riñones, el hígado, los huesos o el cerebro.

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