Mueren 22 personas en los enfrentamientos de Israel con las milicias palestinas en Gaza

  • La escalada de violencia ha dejado además 150 heridos palestinos y 10 israelíes.
  • Entre los palestinos muertos hay dos bebes, un niño y una embarazada.
  • La tensión sube en la zona tras el asesinato por parte de Israel del líder del brazo armado de Hamás.
  • Las alarmas antiaéreas han sonado este jueves en Tel Aviv por primera vez desde la Guerra del Golfo de 1991 por la caída de un cohete en la región colindante.
Vista de una nube de humo sobre un emplazamientos de Hamás, tras ser bombardeado por el ejército israelí, al este de la cuidad de Gaza, en la franja de Gaza, hoy jueves 15 de noviembre de 2012.
Vista de una nube de humo sobre un emplazamientos de Hamás, tras ser bombardeado por el ejército israelí, al este de la cuidad de Gaza, en la franja de Gaza, hoy jueves 15 de noviembre de 2012.
EFE
Vista de una nube de humo sobre un emplazamientos de Hamás, tras ser bombardeado por el ejército israelí, al este de la cuidad de Gaza, en la franja de Gaza, hoy jueves 15 de noviembre de 2012.

Los enfrentamientos entre Israel y los grupos armados de la franja de Gaza desde el inicio de la operación Pilar Defensivo han dejado este jueves 19 muertos palestinos y tres israelíes, mientras continúan las incógnitas sobre la duración de la operación y la eventualidad de una invasión terrestre israelí. La escalada de violencia ha dejado además 150 palestinos y 10 israelíes heridos, según fuentes hospitalarias en Gaza y de la Estrella Roja de David en Israel.

Las alarmas antiaéreas sonaron este jueves en Tel Aviv por primera vez desde la Guerra del Golfo de 1991 por la caída de un cohete en la región colindante, según el Ejército israelí. Un testigo relató haber oído una explosión en las cercanías de la ciudad. La última vez que se escucharon las sirenas antiaéreas en la ciudad fue en 1991 cuando el entonces presidente iraquí, Sadam Hussein, lanzó misiles Scud contra Israel en represalia por el inicio de la Guerra del Golfo

El Ejército israelí prosiguió su nueva ofensiva sobre la franja —que inició el miércoles con el ataque selectivo contra el jefe del brazo armado de Hamás, Ahmed Yabari— y en la que ha llevado a cabo ya más de 150 ataques aéreos contra blancos de las milicias en el enclave palestino, confirmó una portavoz militar.

En el mismo periodo, los milicianos han lanzado alrededor de 250 cohetes contra territorio israelí, según informaron este jueves en un comunicado las Brigadas de Ezedín al Kasam, brazo armado de Hamás, mientras que el Ejército cifra en cerca de 200 los proyectiles caídos en el sur.

Uno de los cohetes mató este jueves por la mañana a tres civiles israelíes, dos mujeres y un hombre, en un edificio de viviendas de la localidad de Kiryat Malaji, entre las ciudades de Ashdod y Ashkelon, a unos 30 kilómetros al sur de Tel Aviv.

Muchos de los proyectiles lanzados por las milicias cayeron sobre campos vacíos o fueron interceptados por las baterías defensivas israelíes.

De hecho, uno uno de los proyectiles cerca de la ciudad de Rishon Le Tsion, a unos 15 kilómetros al sureste de Tel Aviv, sin causar daños personales ni materiales, una de las mayores distancias alcanzada nunca por un cohete de los que las milicias de Gaza lanzan contra Israel.

Rishon Le Tsion es la cuarta ciudad del país, con una población de más de 200.000 habitantes, y se encuentra a unos 50 kilómetros al norte de la franja de Gaza.

Un bebé de 18 meses

De los 19 fallecidos en Gaza, 11 son civiles (entre ellos dos bebés, un niño y una mujer embarazada) y los otros ocho son milicianos de Hamás, indicó a los medios Ashraf al Qedra, portavoz del Ministerio de Sanidad del gobierno del movimiento islamista.

Las últimas víctimas mortales son dos civiles, uno de los cuales era un bebé de dieciocho meses de edad identificado como Walid al-Abadleh, que perdió la vida en el hospital a causa de las heridas que le había causado un bombardeo en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza.

La otra víctima mortal es un varón de 52 años cuyo cadáver ha sido hallado en los escombros de un edificio previamente bombardeado por la aviación israelí en la zona de Al Amudi, en el norte de Gaza.

Tiendas y oficinas cerradas

El clima que se respira en Gaza es similar al que había a finales de 2008 y comienzos de 2009, cuando Israel llevó a cabo la operación Plomo Fundido, que se saldó con la muerte de alrededor de 1.440 palestinos y 13 israelíes.

Las tiendas y oficinas permanecen cerradas a lo largo y ancho de la franja, las escuelas y universidades han suspendido las clases y solo han abierto las panaderías y algunas tiendas de comestibles, en cuyas puertas se acumulaban largas colas de clientes tratando de aprovisionarse.

Desde este miércoles, el sonido de los bombardeos israelíes ha sido incesante en el enclave, así como los silbidos de los cohetes saliendo disparados hacia territorio israelí. Muy poco tráfico circula por las calles, ya que la mayoría de los 1.700.000 habitantes de Gaza han preferido quedarse hoy en sus casas.

Es palpable el miedo de la población a que Israel vuelva a llevar a cabo una gran operación militar o una guerra contra la franja, en la que gobiernan los islamistas de Hamás desde hace cinco años.

"Tenemos miedo a esta guerra, pero no culpo a Hamás, culpo a Israel, porque es quien ha empezado, provocando a Hamás al matar a Yabari", dijo a Zakareya Al Bana, gazano de 27 años que hace cola frente a una panadería.

Este jueves por la mañana, miles de milicianos y seguidores de Hamás acudieron en Gaza capital al funeral de Yabali, del que estuvieron ausentes los líderes islamistas por motivos de seguridad.

El portavoz del gobierno de Hamás, Fawzi Barhum, aseguró a los periodistas en el funeral que "la guerra contra la ocupación (israelí) y el castigo por perpetrar crímenes contra nuestros líderes continuará".

La guerra "será gradual y avanzará paso a paso contra los sionistas hasta que consiga sus objetivos", advirtió el portavoz, que denominó a la operación islamista contra Israel "Piedras del Cielo".

Entre disparos al aire y gritos de "Alahu Akbar" (Alá es Grande) y "Muerte a Israel", la muchedumbre acompañó al cadáver hasta la casa del fallecido, en el barrio de Shayaiya, donde fue velado por su familia antes de ser trasladado a la gran mezquita de Omar en Gaza capital. La masa congregada exigía venganza por la muerte de su líder.

"No pararemos la resistencia. La muerte de mi padre no va a acabar con las Brigadas Al Kasam ni va a destruirlas. Mantendremos nuestras armas y seguiremos a mi padre y continuaremos su mensaje", declaró a los medios el hijo del difunto, Muaz al Yabari, de 20 años.

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