Educadoras hablan de la voluntad de "agradar a todos" del hermano de la descuartizada en Vallobín

El hermano de la mujer discapacitada asesinada y descuartizada en 2009, Pablo B fue siempre un niño que mostraba voluntad de "agradar a todos" y que demostraba "falta de capacidad para resolver los problemas". Así lo han puesto de manifiesto en el tercer día de la vista oral del juicio distintas educadoras que lo conocieron, en la sección tercera de la Audiencia Provincial.
Abogados del caso del crimen de Vallobín
Abogados del caso del crimen de Vallobín
EUROPA PRESS
Abogados del caso del crimen de Vallobín

El hermano de la mujer discapacitada asesinada y descuartizada en 2009, Pablo B fue siempre un niño que mostraba voluntad de "agradar a todos" y que demostraba "falta de capacidad para resolver los problemas". Así lo han puesto de manifiesto en el tercer día de la vista oral del juicio distintas educadoras que lo conocieron, en la sección tercera de la Audiencia Provincial.

Se da la circunstancia de que Pablo B. es uno de los acusados del crimen. Sucedió en su domicilio de Vallobín, donde vivía con su hermana, María Jesús Blanco, su madre, Rosario Blanco y tres jóvenes inquilinos, Cristian M.P, Jesús V. y su pareja, menor de edad, además de un bebé de ambos.

El cadáver de María Luisa 36 años, apareció descuartizado en la nevera del domicilio. Había muerto en la noche de San Juan de 2009. El fiscal acusa de su asesinato a Cristian M.P. y a Jesús V., para los que pide 111 años para cada uno, mientras que para Pablo B. pide 25 años por asesinato, maltrato habitual, lesiones, agresión sexual y profanación de cadáveres.

La chica menor de edad ya fue condenada a ocho años de internamiento en régimen cerrado y tres más de libertad vigilada por un delito de asesinato y dos delitos contra la integridad moral, en uno de los crímenes que más ha conmocionado a la sociedad asturiana.

En la sesión de este miércoles fueron varios los testigos solicitados por la defensa de Pablo B., que sostiene que la familia vivía aterrorizada por sus inquilinos y sometidos a sus órdenes.

De esta forma, una de las maestras que trató a Pablo cuando este tenía 24 años dijo que tenía un nivel de comprensión "muy bajo", equivalente a segundo de primaria. "Le costaba responder a preguntas simples, pero siempre lo intentaba, a pesar de no entender nada", ha señalado.

Preguntada sobre si Pablo podría tener capacidad de respuesta para pedir auxilio en la situación en la que se encontraban, la educadora ha dicho que sus dificultades pudieron haber "mermado" su capacidad de respuesta. "Si cuando estaba tranquilo ya le costaba responder problemas...", ha manifestado.

Otro educador que tuvo a Pablo B. en un curso de formación ocupacional ha dicho que "le costaba analizar la realidad y tenía muchas dificultades para las relaciones personales". En su intento de agradar, según este testigo, Pablo "quería ser aceptado", de una forma "algo infantil".

La única persona con la que este educador vio que se relacionaba con normalidad Pablo B. era con su hermana, la víctima del trágico crimen. "Eran uña y carne", ha dicho. En la misma línea, un coordinador de una asociación ovetense que conoció a Pablo ha coincidido en que no tenía capacidad para resolver problemas. Y que su nivel, a sus 24 años, era de segundo de primaria. "Cuando eso sucede, la persona se estanca, no suele tener mejora", ha manifestado.

También han hablado vecinos del inmueble donde sucedió todo, que han insistido en que Pablo y su hermana tenían una buena relación y "se ayudaban", fundamentalmente él porque ella estaba en una silla de ruedas. "Tanto la madre como el hermano la ayudaban mucho" ha comentado un vecino, mientras que otro ha dicho que los dos hermanos "se llevaban muy bien".

La defensa de otro de los acusados ha preguntado a estos vecinos por si había podido ver a los hermanos por la calle en los meses de mayo y junio, antes de que se cometiera el crimen. Dijeron que sí, aunque no precisaron fechas.

ABOGADOS

Con esa pregunta, el abogado de Jesús V., Luis Alberto Álvarez Arboleya, ha querido desmontar la idea de que los hermanos y la madre vivían bajo las órdenes o 'secuestrados' por su defendido. "Ha quedado acreditado que el secuestro no existió, porque los vecinos vieron a madre e hijos solos por la calle en el mes de junio", ha señalado a los medios de comunicación el letrado tras la vista.

En contra de esa visión, el abogado de Pablo B, Fernando de Barutell, ha dicho que los vecinos no han concretado en ningún momento fecha alguna. Ha destacado que los testigos han acreditado la buena relación entre Pablo y su hermana, y ha señalado que también ha quedado claro que "cuando alguien tiene una dificultad mental como la de Pablo nunca va a mejor". De tal forma, ha dicho que esa es la razón de que no pidiese auxilio antes, al encontrarse en una situación de estrés.

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