Familia del fallecido tras supuestamente haber recibido una paliza afirma que había sido amenazado

La Policía asegura que la víctima reconoció a los tres acusados incluso en fotografías cuando estuvo ingresado en el hospital
Acusados de matar a un disminuido, a juicio en la Audiencia de Granada
Acusados de matar a un disminuido, a juicio en la Audiencia de Granada
EUROPA PRESS
Acusados de matar a un disminuido, a juicio en la Audiencia de Granada

La familia del hombre que falleció en un hospital granadino tras supuestamente haber sido víctima de una paliza en su propio domicilio de Granada capital ha afirmado que éste señaló a los acusados de su muerte como los responsables de su estado y que antes de lo ocurrido ya había trasladado a su madre que había recibido amenazas para que entregara dinero para el pago de la Primera Comunión de una niña.

Durante la segunda sesión del juicio que sienta en el banquillo a un padre y sus dos hijos, que se enfrentan a 15 años de prisión por un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad, las dos hermanas del fallecido han dicho ante el tribunal del jurado que valora el caso que su hermano tenía "miedo" en el hospital en el que permanecía ingresado y que reconoció que le habían pegado cuatro personas, entre ellos los tres procesados.

No obstante, Gregorio M.G., que padecía una debilidad mental ligera y una minusvalía física reconocida del 65 por ciento, sólo se refirió a los inculpados asintiendo con la cabeza a preguntas de una de sus hermanas, que no quiso seguir indagando porque le vio "traumatizado y muy nervioso".

En otra ocasión, y ya cuando mejoró, le aseguró "espontáneamente" que había sido "secuestrado" por unas personas que querían que le diera "24.000 euros" para la Primera Comunión de una niña, pero que él había sido "muy valiente" y que no se los había dado. "Yo no le di entonces mucha importancia, y pensé que era algo que se le había ocurrido a él", ha indicado la hermana, que ha asegurado además que su madre, que no está previsto que declare en el juicio por su delicado estado de salud, le aseguró que Gregorio había sido amenazado con anterioridad.

Las dos hermanas han negado que el fallecido tuviera epilepsia, se cayera frecuentemente o fuera alcohólico crónico, tal y como aseguran las defensas de los imputados, y han coincidido en que éste les aseguró que sus presuntos agresores entraron con llave en su casa.

De hecho, una de ellas ha explicado que cuando su madre encontró en el suelo tirado a Gregorio dos días después de que supuestamente recibiera la paliza la puerta de entrada a su domicilio estaba cerrada con llave, y que su llavero no estaba donde solía dejarlo sino en un armario, algo que sorprendió a la familia porque Gregorio era "muy meticuloso" y siempre dejaba todo en el mismo lugar. Según la familia, tiempo antes éste le había comunicado a la familia que le habían podido quitar las llaves, y la madre cambió la cerradura, aunque las hermanas desconocen si pudo perderlas de nuevo con posterioridad.

Con esos datos, una de las hermanas se dirigió a la Policía Nacional a presentar denuncia contra los acusados, de los que uno de ellos habría compartido clases en Asprogrades (Asociación a favor de las personas con discapacidad intelectual) con el fallecido.

Además de las hermanas, han declarado los agentes de la Policía que se trasladaron al hospital en el que estuvo ingresado Gregorio para recabar su declaración de lo ocurrido, que han asegurado que hizo de forma "plenamente consciente" aunque algo "nervioso".

Los agentes han señalado al tribunal que el presuntamente agredido les dio detalles de la paliza que dijo haber recibido y que incluso llegó a reconocer a los dos hermanos procesados en una fotografía, afirmando además que el padre de ellos era uno de los asaltantes junto a un cuarto individuo del que desconocía su identidad.

El desarrollo del juicio

El juicio, que arrancó este lunes, continuará en la Audiencia Provincial de Granada este miércoles, cuando está previsto que declare el médico que atendió a la víctima en el hospital, y los testigos propuestos por las defensas. El jueves será el turno de las pruebas periciales, y posiblemente de las conclusiones y los informes finales de las partes, de manera que el jurado podría hacer público su veredicto de culpabilidad o no culpabilidad el próximo viernes.

Durante la primera sesión, los tres acusados negaron su participación en lo ocurrido y aseguraron que Gregorio se trataba de un amigo con el que ya no mantenían relación desde hacía años.

Los inculpados, Rafael G.G., Ismael G.R. y Rafael G.R., de 57, 29 y 27 años respectivamente, dijeron que nunca estuvieron en el domicilio del ya fallecido, donde fue encontrado por su madre tras supuestamente haber sido víctima de una brutal agresión, y que no tenían conocimiento de que había recibido una herencia, que podría considerarse el móvil de sus presuntos asaltantes.

Las defensas sostienen que sus patrocinados no son culpables de lo ocurrido, y han mantenido que el fallecido, que tenía una minusvalía mental y otra física que limitaba sus movimientos, pudo autoinfligirse las lesiones que presentaba, al caerse o sufrir un ataque epiléptico, y que las quemaduras se debieron a que era un "fumador empedernido" que solía prender su propia ropa a algunos de los muebles de su casa.

Además, según sostienen, era un alcohólico crónico y, a veces, según han dicho los letrados de los acusados, sufría "alucinaciones" por la fuerte medicación que tomaba. De hecho, atribuyen la denuncia y el "curso de la investigación" al "empeño" y la "obsesión" de la madre del fallecido con los tres acusados, con los que al parecer no tenía buena relación, especialmente con el padre, a quien acusaba de haberse aprovechado de su hijo pidiéndole dinero.

Acusación de la fiscalía

Según consta en el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a la madrugada del pasado 26 de septiembre de 2008, cuando Gregorio M.G., que padecía una debilidad mental ligera, con una minusvalía reconocida del 65 por ciento, se encontraba durmiendo en su domicilio de la calle Severo Ocho de Granada capital, y entraron en su casa los tres inculpados, acompañados de una cuarta persona que no ha podido ser identificada.

"Con ánimo de acabar con su vida", le ataron con cuerdas, le propinaron puñetazos y golpes por todo el cuerpo, y le quemaron con cigarros exigiéndole una cantidad no determinada de dinero que Gregorio se negó a entregar, dejándolo inconsciente los procesados en el suelo de su habitación, donde fue encontrado por su madre dos días después, a las 16,00 horas.

Tras ser atendido por un equipo de emergencias del 061, fue ingresado en el Hospital Virgen de las Nieves con pronóstico muy grave y con un número importante de heridas en ambas rodillas, algunas de las cuales se correspondían con quemaduras de cigarrillos, que también tenía en la boca, erosiones en barbilla y en el tórax, fractura de hombro derecho, y luxación de la cabeza del húmero de ambos brazos. Estas lesiones, señala el fiscal, fueron producidas al haber sido atado con las manos detrás del cuerpo y levantado hacia arriba con gran violencia.

Ingresó en la UCI el día 29 por bajo nivel de conciencia en contexto de agresión y politraumatismo, y desarrollo una insuficiencia renal, cuadro séptico y de neumotórax traumático, por lo que finalmente falleció justo un mes después de la agresión, el 26 de octubre a las 6,10 horas.

El fallecido tenía 49 años y vivía con su madre, para la que el fiscal pide una indemnización de 120.000 euros, que deberían abonar, en su caso, los procesados de manera conjunta y solidaria

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