"Papel. Un sello. Una historia. Un viaje. Una atención total. Elementos tangibles como un garabato o el pétalo de una flor. Personalización. Intimidad. Cariño. Una carta dice, 'me importas". El artista y diseñador Ivan Cash habla con pasión de la diferencia entre un correo electrónico y una carta postal.

El proyecto Snail Mail My Email (Manda por correo mi e-mail) juega con la expresión coloquial snail mail (correo caracol) que en los EE UU se utiliza para designar al correo postal. Desde el lunes de esta semana y hasta el 18 de noviembre, la iniciativa creada por Cash invita a quien lo desee a escribir un e-mail "a cualquiera —familiar, amigo, amor secreto o representante en el Congreso—".

Él y un equipo de artistas se comprometen a convertir el mensaje electrónico, que debe ser remitido a la dirección SnailMailMyEmail2@gmail.com, en una carta física con texto caligrafiado que franquearán a la dirección que indique cada persona con ganas de participar. El servicio es gratuito porque el proyecto cuenta con donaciones voluntarias para financiar los gastos (sellos, papel, tinta, etc).

Con la iniciativa, el estadounidense busca despertar el interés del internauta por una vía de comunicación en peligro de extinción, "reactivar el arte perdido de escribir cartas, recordarnos el poder de la conexión personal" en un mundo digital. Esta es la segunda edición: Cash repite experiencia tras una accidentada primera vez en 2011. Entonces dió un mes de plazo para la recepción de los e-mails y pensó que recibiría, con un poco de suerte, una decena de peticiones semanales; al cuarto día ya había un millar.

La avalancha de correos electrónicos en su bandeja de entrada lo bloquearon y estuvo a punto de cancelar la iniciativa, había más hambre de papel y tinta de lo que él pensaba. Consiguió la ayuda de 234 voluntarios que lo ayudaron a salir del atolladero y en dos semanas ya habían alcanzado los 2.300 envíos. En total mandaron 10.457 cartas a más de 70 países. Una selección de ellas fue publicada en el libro Snail Mail My Email: Handwriten Letters in a Digital World (Manda por correo mi e-mail: Cartas escritas a mano en un mundo digital).

Los textos no pueden superar las 100 palabras, sólo se admite un envío por persona y hay opciones de personalización. Al folio pueden añadirse un pequeño dibujo, perfume, un beso de pintalabios, manchas de café, pétalos de flores... Incluso existe la posibilidad de proponer un motivo.

Cash cuenta con la ayuda de 135 voluntarios (126 chicas y sólo nueve chicos) de diferentes países. Algunos repiten, otros se aventuran por primera vez en la extraña tarea de personalizar misivas para extraños. Además de un gran porcentaje de mensajes de amor, han recibido anuncios de embarazos, simples saludos a alguien que está lejos, poemas, palabras de ánimo, notas de nostalgia y añoranza, cartas dirigidas a Barack Obama... Algunos mensajes tienen tono confesional, aunque sólo sea para revelar pequeños secretos domésticos: "Andy. Mientras trabajas duramente yo estoy en casa desnuda haciéndo tortitas de arándanos".

La experiencia le ha enseñado al artista a creer en un proyecto por absurdo que pueda parecer. Con Snail Mail My Mail se ha dado cuenta de que, a pesar de los avances tecnológicos, "ansiamos la conexión humana". Se niega a admitir que seamos incapaces de escribir una carta a quienes amamos y anima a todo el que participe en el proyecto a seguir cultivando la comunicación a la antigua usanza para darnos cuenta de lo gratificante que es enviar y recibir una carta del puño y la letra de un ser querido.