Policía Nacional detecta en Murcia que subsaharianos comienzan a disponer de pisos para grabar y distribuir material

El Grupo Contra los Delitos de Propiedad Intelectual de la UDEV-Central del Cuerpo Nacional de Policía ha detectado que en Murcia, los subsaharianos, "que son los manteros o mochileros", "también están dejando de hacer la venta callejera porque comienzan a disponer de pisos de grabación y distribución, copando el siguiente escalón, que es el de la producción y distribución".
Material intervenido en la operación 'Talgo'
Material intervenido en la operación 'Talgo'
CNP
Material intervenido en la operación 'Talgo'

El Grupo Contra los Delitos de Propiedad Intelectual de la UDEV-Central del Cuerpo Nacional de Policía ha detectado que en Murcia, los subsaharianos, "que son los manteros o mochileros", "también están dejando de hacer la venta callejera porque comienzan a disponer de pisos de grabación y distribución, copando el siguiente escalón, que es el de la producción y distribución".

Así lo manifiesta a Europa Press el inspector del Cuerpo Nacional de Policía, José Antonio Robles, jefe de dicho Grupo de la UDEV-Central del CNP, que saca a colación la operación 'Turmalina' desarrollada en Murcia, que se saldó con la incautación de más de 20.000 CD y DVD falsificados y la desarticulación de una red dedicada a la producción y distribución de películas y discos 'piratas'.

Siete personas fueron detenidas y se registraron también cinco viviendas utilizadas como domicilio, local de grabación, punto de almacenaje o 'supermercado' para la distribución. En concreto, 13 torres con un total de 144 unidades de grabación funcionaban sin descanso las 24 horas.

Asimismo, ha afirmado que "los manteros no son los que están distribuyendo", pero algunos subsaharianos "consiguen tener una financiación o un dinero para comprarse las torres grabadoras, y pasaN al siguiente escalón".

Igualmente, Robles ha destacado que desde 2008 hasta este año "la mayoría de grupos de chinos dedicados a esta actividad la han dejado". No obstante, reconoce que es "un delito rentable", lo que posibilita que cuando salen de prisión vuelvan a montar un laboratorio.

"Desde los últimos años es mínimo lo que tienen, un piso con ocho o diez torres y no llega al volumen de copias que hacían hace cuatro o cinco años, debido al aumento de las descargas por internet, que es más barato, y a la labor policial", resalta.

Nivel de venta callejera desciende

Desde este grupo han constado que el nivel de venta callejera ha experimentado un descenso a nivel nacional, al igual que la producción, propiciado por el aumento de la piratería digital.

No obstante, ha subrayado que en la zona de Levante, en la temporada de verano y con la afluencia de turistas, "esta actividad aumenta y es habitual ver a estas personas vendiendo en las calles".

En cuanto al beneficio económico que puede reportar esta práctica delictiva, apunta que "depende del tipo de centro que sea y las grabadoras y torres que haya" aunque, en cualquier caso, el resultado económico puede oscilar entre 20.000 y 30.000 euros mensuales.

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