El Anglo Irish Bank, entidad financiera nacionalizada por el Gobierno irlandés y en proceso de cierre, mantiene en su plantilla a seis altos ejecutivos cuyos salarios superan los 500.000 euros anuales, según confirmó este jueves el Ministerio de Finanzas.

Otros doce directivos de este banco reciben "pagas remunerativas" de entre 300.000 y 399.000 euros anuales, mientras que las de 44 empleados se sitúan entre los 200.000 y los 299.000 euros. Las "pagas remunerativas" incluyen salarios, pensiones y dietas para el personal de una entidad que está fusionada con el banco Irish Nationwide y en proceso de cierre definitivo a través de una compañía llamada ahora Irish Bank Resolution Corporation.

Entre los mejor pagados en el IBRC figura su director ejecutivo, Mike Aynsley, quien reconoció la pasada semana que cobra 663.000 euros al año, de los cuales 500.000 euros corresponden a su salario, 38.000 euros a dietas y 125.000 euros a su pensión.

Por debajo de todos ellos aparecen 146 empleados que cobran entre 100.000 y 149.000 euros anuales, a los que siguen 774 trabajadores que ganan menos de 100.000 euros anuales, según las cifras del Ministerio irlandés de Finanzas.

El presidente del IBRC, Alan Dukes, ha asegurado que estos emolumentos, sobre todo los más altos, coinciden con los que se pagan en otras entidades del sector a trabajadores cualificados, necesarios en este caso para asegurar el éxito del proceso de desaparición del banco y reducir el coste para el Estado.

Dukes informó la pasada semana de que el rescate del nacionalizado Anglo Irish Bank podría costar al Gobierno irlandés y al contribuyente de este país unos 25 millones de euros, algo menos de lo anticipado anteriormente. En su opinión, la reducción de esa factura depende, en gran medida, de la estabilización del mercado inmobiliario en Irlanda y el Reino Unido, y de una mejora en la marcha de la economía nacional y de la zona euro.

Si se dan esas condiciones, el Estado podría ahorrarse entre 4.000 y 9.000 millones de euros, de acuerdo con los números que se han manejado desde el colapso del Anglo Irish Bank.

Durante el boom del sector de la construcción en Irlanda, el Anglo Irish Bank se convirtió en el prestamista preferido por este sector por su facilidad para conceder créditos de alto riesgo, lo que generó deudas multimillonarias cuando estalló la burbuja en 2008, un año antes de su nacionalización.