Si antes el Gobierno pretendía que se declarara la paz antes de comenzar a hablar de política, hoy la intransigencia de los abertzales le habría hecho aceptar un avance conjunto de los dos aspectos.

Hasta que Batasuna no se legalice, no se oficializará la mesa de partidos, y hasta que no se oficialice dicha mesa, no se avanzará en el proceso de paz.

El preacuerdo político para una mesa de partidos debe integrar preocupaciones de las formaciones abertzales como son la identidad vasca, la decisión de la sociedad vasca, y los mecanismos que se utilizarán para el cambio institucional que pretenden.

Además, para que haya un preacuerdo sobre la mesa de partidos, Batasuna exigiría garantías políticas y jurídicas para su legalización.

Sin embargo, ayer la formación dijo que no tenía previsto condenar la violencia.

Por su parte, el líder de Izquierda Unida-EB, Javier Madrazo, ha dicho que existen contactos del Gobierno con ETA de preparación de un encuentro oficial que se daría a finales de año, según El País.

En estas negociaciones se acordaría que ETA podría seguir con el cese del fuego, pero no lo declararía públicamente como definitivo.

El Gobierno, por su parte, trasladaría presos al País Vasco

Buscan la aprobación de la UE, como en el caso norirlandés

En el Parlamento europeo, el PSOE ya cuenta con el apoyo de sus compañeros de bancada, pero por ahora no han logrado convencer a los populares, quienes están siguiendo a sus correligionarios españoles.

De todos modos, el Gobierno tiene cifradas sus esperanzas en la designación de Alejo Vidal-Quadras como negociador de los populares con los socialistas respecto a esta declaración de respaldo del parlamento europeo.

Antes de Vidal-Quadras estaba Jaime Mayor Oreja, quien sostenía una posición más intransigente.