Un negocio en el edificio

  • Convivencia: A pesar de tener usos distintos, los locales y las viviendas tienen los mismos derechos y obligaciones dentro de la comunidad.
Desde un bar hasta una funeraria, cualquier local comercial puede ser un foco de conflictos para el edificio. Las características particulares de un negocio hacen que, a menudo, los intereses de su propietario y los de las viviendas sean muy diferentes. Sin embargo, en lo que se refiere al funcionamiento de la comunidad, una peluquería y un piso no son tan distintos.

Salvo que el título constitutivo o los estatutos de la comunidad digan algo al respecto, el estatus de un local es el mismo que el de cualquier vivienda del inmueble, por lo que tiene iguales derechos y obligaciones según su coeficiente de participación.

Reparto de gastos

Esto quiere decir que estará obligado a contribuir en todos los pagos. «Incluso de aquellos servicios que no utilice, como el ascensor o la limpieza de escalera», indica Patricia Briones, del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, quien afirma que éste es uno de los problemas más habituales entre vecinos.

Otro conflicto típico es la existencia de una salida de humos o de aire acondicionado en el patio de luces. Los vecinos no podrán evitar su utilización si existen desde la construcción de la finca, pero sí pueden decidir sobre nuevas instalaciones. Así, si el local quisiera situar una chimenea en un elemento común necesitará la unanimidad de los propietarios.

Una vez hecha la instalación, deberá atenerse a la legislación en materia de humos, que prohíbe la expulsión de sustancias peligrosas, gases producto de la combustión o malos olores. En cuanto a los ruidos emitidos al exterior, éstos no pueden sobrepasar los 55 decibelios por el día –de 8 a 21 horas– ni 45 de noche. En caso contrario, el local podría ser denunciado por los vecinos y cerrado por una orden judicial.

Su opinión también cuenta

Lo primero antes de poner un negocio es comprobar que los estatutos de la comunidad a la que pertenece el local no prohíban nuestra actividad. Después habrá que tramitar la licencia de actividades económicas con el Ayuntamiento, quien comunicará a los vecinos nuestro propósito para que, si las hay, manifiesten sus discrepancias y las justifiquen de la mejor manera posible. El Consistorio las tomará en cuenta, junto con la documentación presentada, para tomar su decisión al respecto.

Testimonio

Concha. Ama de casa, 45 años.

"No aguanto los humos"

"Estamos hartos de la cafetería de nuestro edificio", asegura Concha, que lleva 20 años viviendo encima del negocio. "Los problemas llegaron hace un par de años, cuando decidieron instalar un horno de pan", afirma. Desde entonces, la chimenea instalada a tal efecto en el patio está presente en todas las juntas. "Nos sentimos engañados (asegura esta ama de casa) porque nos dijeron que no la notaríamos, pero da mucho calor y la ropa nos huele a pan".

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