Imputados por "uso fraudulento" de recetas al prescribirlas a pensionistas que no eran los destinatarios

La Guardia Civil de Jaén, en el marco de la denominada operación Recetario, ha imputado a tres personas en Santisteban del Puerto y Úbeda como presuntas autoras del delito de falsedad documental en concurso con el de estafa por el "uso fraudulento" en la utilización de recetas prescritas a pensionistas que no eran los verdaderos destinatarios de los medicamentos.

La Guardia Civil de Jaén, en el marco de la denominada operación Recetario, ha imputado a tres personas en Santisteban del Puerto y Úbeda como presuntas autoras del delito de falsedad documental en concurso con el de estafa por el "uso fraudulento" en la utilización de recetas prescritas a pensionistas que no eran los verdaderos destinatarios de los medicamentos.

Según ha informado este martes a través de un comunicado el Instituto Armado, las imputaciones se produjeron a raíz de las gestiones iniciadas el pasado mes de julio por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil. Además, la colaboración de personal adscrito al Servicio de Inspección Farmacéutica, dependiente del Servicio Andaluz de Salud de la Junta de Andalucía, "ha sido relevante para el esclarecimiento de los hechos".

En el transcurso de las pesquisas, se puso de manifiesto "el uso fraudulento en la utilización de recetas médicas por parte de un facultativo que desarrollaba su labor como médico de refuerzo en urgencias y realizaba sustituciones en un centro comarcal del Distrito Norte de la provincia de Jaén

Al respecto, se pudo comprobar que el referido profesional "en ocasiones realizaba prescripciones en recetas oficiales del SAS consignando datos de pacientes pensionistas que realmente no eran los verdaderos destinatarios de la medicación". También se detectaron "recetas médicas oficiales de las asignadas al referido doctor que contenían firmas imaginadas alusivas a él y que habrían sido consignadas por terceras personas".

Una vez analizada y cotejada toda la información, se determinó que "eran tres las personas que cumplimentaron las recetas, quedando suficientemente acreditado que el médico imputado expidió recetas a nombre de pensionistas que fueron pacientes de él, pero de patologías que no presentaban y por las que no fueron visitados". Así, no llegaron "a ser los reales beneficiarios de los medicamentos en ellas consignados, obteniendo así los medicamentos gratuitamente en farmacias en las que los usuarios no habían estado nunca".

Una segunda persona habría recibido recetas del referido facultativo en blanco, para su confección por aquella a demanda. Junto a ellos, fue imputado un tercero que se habría valido de la relación laboral dada su condición de conductor-celador del mismo centro de salud, para obtener también recetas sin la anuencia del médico para conseguir medicamentos para el tratamiento de afecciones propias de forma gratuita, usurpando también identidad de usuarios del SAS.

Los medicamentos dispensados bajo las recetas eran tratamientos desde el control de colesterol hasta algunos catalogados como psicotrópicos y el valor de lo defraudado "superaría los 1.500 euros", según ha precisado la Guardia Civil.

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