Ministros y gobernadores de bancos centrales del G-20 están reunidos en México en un encuentro de dos días que permitirá revisar las nuevas alarmas del escenario económico mundial y las medidas para corregir problemas de fondo.

La crisis en Europa, que concentró la mayor parte de las preocupaciones coyunturales del Grupo de los Veinte de los últimos meses, parece haber dado paso a los riesgos del "precipicio fiscal" al que se enfrenta Estados Unidos si no se cierran consensos políticos para el año próximo.

La reunión se desarrolla con notables ausencias, como la del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geither, y del titular del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aunque es posible que también falten a la cita otros representantes.

Además de los temas de coyuntura,  se analizarán otros asuntos de fondo como la volatilidad en los precios internacionales de las materias primas y el avance de la regularización financiera internacional.

España, que estará representada por el ministro de Economía, Luis de Guindos, tendrá oportunidad de explicar los resultados de las últimas reformas tomadas por el Gobierno español, como la financiera y la laboral, según dijeron fuentes de su delegación.

Esa explicación será dada durante la cena de trabajo del G-20 de esta noche, que dará inicio a las sesiones en esta capital.

Las mismas fuentes dijeron que De Guindos también se referirá a la creación del "banco malo" que gestionará los activos tóxicos inmobiliarios y las señales que indican cierta estabilización en la destrucción del empleo en el sector privado, entre otros temas.

La reunión es la última que coordina México como presidente de turno del G-20, una función que concluye a fines de este mes, cuando pasará el relevo a Rusia.

Rusia se encargará de la presidencia de turno del G-20 durante 2013 y después le tocará a Australia, países que, junto con México, formarán parte de la 'troika' que durante el año próximo hará un seguimiento de las actividades de este foro.

"La participación de Rusia en este proceso ha sido muy activa, y permite suponer que habrá una transición fluida del G20", afirmó Meade.