El obispo de Santander cree que hace falta un "rescate moral"

Jiménez Zamora lamenta el "desapego" a la Iglesia y la "indiferencia" religiosa que se desprende de la 'macroencuesta' realizada
Obispo De Santander
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EUROPA PRESS
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El obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora, considera que la crisis económica actual es también social y moral, por lo que cree que haría falta un "rescate moral". Y es que, a su juicio, detrás de las cifras y datos que "tanto preocupan", como por ejemplo los del paro o los desahucios, "existen actitudes morales que nos han llevado a esta situación que todos hoy lamentamos y que estamos sufriendo, especialmente quienes no encuentran trabajo".

Así lo ha expresado en una entrevista concedida a RNE, recogida por Europa Press, en la que el prelado de la Diócesis cántabra —que incluye también al Valle de Mena en Burgos— ha señalado que la crisis tiene "rostros", como los de los desempleados, y que detrás de cada uno de ellos hay "un drama familiar".

En este sentido, ha indicado que desde la Iglesia y Cáritas están haciendo "lo que podemos", y ha destacado al respecto que el voluntariado está creciendo, al igual que los recursos económicos que donan los fieles, lo que parece, según ha dicho, una "paradoja". "En grave crisis -ha elogiado- hay mayor solidaridad en muchas personas y esto es de alabar".

Desapego a la iglesia e indiferencia religiosa

Preguntado por la macroencuesta realizada para conocer la realidad de la Diócesis de Santander, y en la que han participado unas 6.000 personas, Jiménez Zamora ha indicado que se ha constatado un "desapego" a la Iglesia en un número "considerable" de personas, así como "indiferencia" religiosa y, también, ante los valores morales.

Sin embargo, ha comparado, hay "brotes de esperanza", que se evidencia en las personas que quieren participar en los grupos de reflexión y debate previstos, para consensuar propuestas y lograr un laicado "más responsable".

Así, según ha apuntado, se ha organizado una asamblea en la que se van tratar temas como la identidad del laico y el seglar dentro de la Iglesia y en el mundo, su tarea y su misión, y los compromisos que debe adoptar desde la fe para transformar la sociedad.

Apostatía silenciosa

Después de admitir que la fe ya no es "confesante en público" sino más bien "vergonzante", Jiménez Zamora ha comentado que existe cierta "apostatía silenciosa" según la cual los ciudadanos no renuncian formalmente, mediante una solicitud o papel, sino que se van "desmarcando" de la Iglesia "en silencio", de modo que no tienen contacto con la institución ni practican la religión pese a estar bautizados.

Al hilo de lo anterior, ha subrayado que el Año de la Fe convocado por el Papa Benedicto XVI pretender ser una llamada a "renovar" y "fortalecer" la fe, anunciado a Cristo y su Evangelio entre las personas que han recibido el Bautismo pero que se están "alejando" de la Iglesia.

El obispo de Santander se ha referido también a la Jornada Mundial de la Juventud celebrada el pasado verano en España y que supuso una "bocanada de esperanza", ya que participaron más de un millón de personas.

A este evento se suma el Congreso Nacional de Pastoral Juvenil, que se ha desarrollado estos días en Valencia, y en el que han participado 1.200 jóvenes monitores y educadores, 22 de ellos procedentes de Cantabria.

"Es un signo de esperanza para la Iglesia en España", ha apostillado, para indicar que si bien la Iglesia no tiene respuestas técnicas y económicas para los "graves" problemas actuales, sí cuenta con "palabra de sentido" y "mensaje de esperanza", e invita a la sociedad a sentirse como una "familia" y compartir tanto las "esperanzas" como las "angustias".

Patrimonio cultural y humano

En otro de orden de cosas, y en relación al patrimonio histórico, cultural, artístico y turístico de la Iglesia, que en Cantabria cuenta con cerca de 1.200 lugares de culto, entre iglesias, ermitas y capillas, el obispo ha señalado que para conservar este "rico" legado se necesita "mucho dinero".

Ha indicado en este sentido que aunque la colaboración de la sociedad suele ser "generosa", las necesidades son "muy grandes", por lo que "se necesitan cada vez más" ayudas. Y ha puesto como ejemplo la huella que el paso del tiempo está dejando en muchos templos que datan de hace varios siglos, como la iglesia de Santa María en Castro Urdiales, una "joya" del gótico que necesita una obra "ingente" de conservación para que "no se venga abajo".

En cuanto al patrimonio humano, es decir, las vocaciones y sacerdotes, el obispo de Santander ha confesado que es un tema que le "preocupa", ya que no hay un número "suficiente", esto es, que las bajas no se corresponden con los ingresos de jóvenes en el Seminario de Corbán, por lo que ha llamado a incrementar el interés por las vocaciones.

Y aunque ha admitido que el clero ha perdido el relieve y prestigio social que tenía hace años, Jiménez Zamora ha defendido que la vocación no solo debe medirse por estos parámetros, sino por la realización de la persona y por el bien que hace a los demás.

Por otro lado, y en relación a los "errores" y "pecados" cometidos por los miembros de la Iglesia, ha señalado que hay que pedir perdón públicamente por los mismos, especialmente cuando se trata de casos de pederastia y abusos de menores, aunque ha matizado que el número de estas situaciones no es "tan grande" como el que sale, sino que aparece "magnificado".

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