Con la crisis cegándolo todo, conviene ahorrar en todos los aspectos de la vivienda; desde la compra o alquiler, su gasto energético y también su decoración. No hay milagros, pero algunas pautas nos pueden ayudar a mejorar el aspecto y confort de nuestra casa sin que luego nos queme la factura.

El primer consejo puede parecer una obviedad, pero tiene su sentido: hay que comprar estrictamente lo necesario. Un hogar demasiado recargado es perfecto si tienes la suerte de contar con una empleada del hogar que mantenga al día la limpieza de las estancias de casa. Y ese no es el caso.

Así que debemos decorar con cabeza, creando un ambiente que se ajuste a nuestro estilo y a las necesidades de la familia. Como explican estos consejos de Mapfre Hogar, se trata de hacer un hogar que podamos mantener y limpiar entre todos y sin agobios.

Pensar en decoración es pensar en muebles y eso no debe suponer nuevas compras. Hay que reformar y renovar todo lo que se "deje". Un mueble viejo siempre tiene una segunda vida. Muchas veces para restaurar un mueble viejo puede bastar con un lavado de cara: lijado, decapado y barniz o pintura, según el caso.

Tanto como restaurar muebles nos interesa reciclar objetos. Muchos de ellos, olvidados en un rincón, pueden despertar a la vida si cambiamos su lugar, su uso, su función… Si lo hacemos bien podemos darle un toque exclusivo a la casa con una decoración de vanguardia, al tiempo que ahorramos dinero.

En iluminar la casa se nos va mucho. Para ahorrar podemos situar estratégicamente todas las lámparas y halógenos de casa. Hay que discernir entre los puntos que hay que iluminar al máximo, de los que requieren de una iluminación más tenue. Colocaremos las lámparas con iluminación potente en el centro de las estancias, en el techo a ser posible, y en los rincones toques de luz menos intensos para momentos más relajantes e íntimos.

Es preferible decantarse por pintar las paredes si queremos ahorrar. El papel lo dejamos para romper la monotonía que se puede adueñar de las paredes. Con un toque basta.

Los espejos nunca deben faltar en casa. Para darle amplitud al salón, si es pequeño, es recomendable cubrir un buen trozo de pared –de arriba a abajo- con espejos que siempre estilizan.