Del Yacimiento de Atapuerca a Carrión de los Condes, en moto

  • Los Yacimientos de Atapuerca son Patrimonio de la Humanidad desde el 2000.
  • El conjunto histórico de Castrojeriz es referencia en el Camino de Santiago.
  • Frómista luce una de las más bellas iglesias románicas de la Península.
El Canal de Castilla, a su paso por Fromista (Palencia).
El Canal de Castilla, a su paso por Fromista (Palencia).
FLICKR/Bjørn Christian Tørrissen
El Canal de Castilla, a su paso por Fromista (Palencia).

Cuando apetece huir de las grandes urbes y recorrer kilómetros sin prisa disfrutando del ronroneo del motor de la motocicleta, recorrer las tranquilas vías de Castilla y León se convierte en la mejor opción. En esta ocasión, la ruta transcurre por sus provincias más norteñas: Burgos y Palencia. Un viaje en el tiempo a lo largo de 150 millones de años sin salir de esta comunidad.

Castilla y León es un paraíso para los amantes de las rutas moteras. El itinerario propuesto en esta ocasión apenas consta de unos 130 kilómetros, pero hay que recorrerlos con calma. Velocidades de 40 kilómetros/hora son habituales y las paradas para disfrutar de la naturaleza y los monumentos son constantes. Tómate tu tiempo, pasea entre callejones, sorpréndete con las insólitas construcciones de piedra y disfruta de la excelente gastronomía que te ofrecen todas las poblaciones del recorrido.

Iniciamos la ruta en Burgos, en los Yacimientos Arqueológicos de la Sierra de Atapuerca. Erigidos en referencia indispensable para el estudio paleontológico sobre la Evolución Humana, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. En ellos se ha hallado evidencias de la presencia humana más antigua de Europa.

Para los que disponen de más tiempo, visitar el Centro de Recepción de Visitantes de Atapuerca es una buena idea. En él se puede visualizar de forma más clara la importancia de los hallazgos en esta sierra burgalesa. Para aquelos a los que el tiempo les apremia, proponemos seguir el viaje.

Mucho arte y buen yantar

Burgos es una tierra dura, con temperaturas extremas en invierno, pero salpicada de excelentes y numerosos atractivos. Para conocer parte de su patrimonio artístico, lo mejor es trasladarse a su capital.

La catedral gótica de Burgos, Patrimonio de la Humanidad desde 1984, es su monumento más representativo. Tampoco hay que pasar por alto la Cartuja de Miraflores o el Monasterio de las Huelgas Reales, ni ascender hasta lo alto del castillo para divisar una panorámica espléndida de la ciudad.

En Burgos el buen yantar también está garantizado. Si quieres probar el mejor cordero asado de la ciudad, tu restaurante es Casa Ojeda. Inaugurado en 1912 y, distinguido con un Sol Repsol, llevan casi 100 años haciendo las delicias de sus comensales. El menú estrella de la casa está compuesto de arroz cremoso con pichón de campo, cordero lechal asado y croquetas de chocolate caliente con frutos secos.

Por tierras jacobeas

Hasta nuestra tercera parada, Estépar, sólo hay un suspiro, 22 kilómetros. Pero quizás desees conocer de camino Villagonzalo-Pedernales, Albillos y Cabia. Localidades variopintas con castillos señoriales que han sido rehabilitados y reconvertidos en alojamientos hoteleros o casas particulares.

Tras recorrer el núcleo urbano anclado en el tiempo de Estépar hay que regresar de nuevo a la motocicleta. Próximo destino: Castrojeriz. Este municipio burgalés se alza como punto de referencia en el Camino de Santiago. Su Conjunto Histórico Artístico recibe al peregrino y visitante con la vista puesta en los restos del castillo, en lo alto del cerro sobre el que nace la ciudad. Es recomendable bajar de la moto y recorrer a pie la calle Real hasta llegar a la Colegiata de Nuestra Señora del Manzano. Aunque data del siglo XIII, se amplió posteriormente en el siglo XVII y cuenta con interesantes pinturas y sepulcros.

La ruta continúa por tierra jacobea hacia Itero del Castillo y desde allí, pasando por Boadilla del Camino, llegaremos hasta Frómista. Si bien la iglesia de San Martín es un buen ejemplo de arquitectura religiosa románica del Camino, el mayor atractivo turístico de esta localidad es el Canal de Castilla. Se trata de una obra de ingeniería civil de la época de la Ilustración que se halla en bastante buen estado de conservación para deleite de los visitantes. Cinco esclusas se unen para salvar un desnivel de 15 metros y aunar la naturaleza con la arquitectura civil.

Viaje al pasado

Siguiendo la carretera, y 13 kilómetros más tarde, se llega a la siguiente parada de la ruta: Villalcázar de Sirga. Hacer un alto en el recorrido y visitarla es una buena decisión por dos razones. Una porque la iglesia templaria de Santa María la Blanca, construida en el siglo XIII, posee interesantes obras funerarias de estilo gótico de primer nivel. Y dos, porque en el Mesón de Villasirga se puede degustar comida típica medieval.

En este establecimiento se mantienen las costumbres más ancestrales. Los panes son los platos y las manos los cubiertos. Las raciones de queso, chorizo, lomo, tortilla y morcilla son las más demandadas. Igual que la sopa castellana y el lechazo. Es recomendable reservar mesa.

Nuestra última parada nos llevará hasta Carrión de los Condes (Palencia), a tan solo seis kilómetros. Cuna del Marqués de Santillana, en su momento fue la localidad con más esplendor de Tierra de Campos. Entre sus templos, despunta el de Santiago, con una destacada portada en la que sobresale el Pantocrátor románico del siglo XII, rodeado del apostolado. Pero si se puediese elegir el edificio más emblemático de este enclave palentino, ése sin duda sería el Monasterio de San Zoilo. En la actualidad funciona como alojamiento hotelero y es una buena elección si se quiere descansar al final de la ruta como un auténtico rey.

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