Fantasmas del pasado sobrevolaron ayer en el traslado de los restos del tres veces presidente argentino, Juan Domingo Perón, a una finca que le perteneció, cuando facciones del partido que fundó en 1946 se enfrentaron dos veces con armas de fuego, palos y piedras, con un resultado de al menos 40 heridos.

Los primeros incidentes hicieron que el mandatario argentino, el peronista Néstor Kirchner, suspendiera su asistencia al acto que precedió a la colocación del féretro de Perón en un mausoleo de la residencia '17 de octubre', situada a unos 40 kilómetros de Buenos Aires.

Esos disturbios ocurrieron cuando la caravana que trasladaba el cadáver momificado de Perón desde la capital del país, se encontraba a unos diez kilómetros de la residencia situada en la localidad bonaerense de San Vicente.

Imágenes transmitidas en directo por la televisión mostraron enfrentamientos con palos y piedras entre partidarios peronistas, uno de los cuales sacó un arma y disparó cuatro tiros hacia el interior de la residencia.

Después de varios minutos de incertidumbre sobre la suerte del homenaje y una vez calmados, en apariencia, los ánimos, la caravana que trasladaba los restos del ex presidente ingresó en la residencia, rodeada de cientos de partidarios.

Pero mientras se entonaba la 'Marcha peronista', los activistas que habían sido desalojados de la finca volvieron a tomar posiciones y a enfrentarse con militantes que rodeaban el féretro de quien gobernó Argentina de 1946 a 1955 (dos periódos), y de 1973 a 1974, año en que murió.

Los incidentes se recrudecieron cuando Hugo Moyano, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central sindical del país, y de signo peronista, llamó "idiotas útiles" a quienes consideró que los provocaron.

En medio de las sirenas de las ambulancias, los gritos de desesperación de la multitud, y los intentos de la policía por preservar el orden, apenas se escuchó el discurso del ex senador, Antonio Cafiero, que antecedió a la colocación del féretro en el mausoleo.

Los violentos hechos trajeron a la memoria los sangrientos choques armados entre sectores disidentes del peronismo acaecidos el 20 de junio de 1973 en los alrededores del aeropuerto internacional de Ezeiza, conocidos como la Masacre de Ezeiza cuando Perón regresó al país desde España y puso fin a un exilio de 18 años.

Aquellos enfrentamientos dejaron unos 13 muertos y casi 400 heridos, según cálculos de los medios de prensa de la época, aunque estas cifras nunca pudieron ser confirmadas porque no hubo una investigación oficial.

El féretro del general Perón fue trasladado desde el cementerio de La Chacarita, donde estaba desde 1976, puesto allí por la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983.

Los restos, trasladados en la misma cureña en la que habían sido llevados por las calles de Buenos Aires tras el fallecimiento del ex presidente, el 1 de julio de 1974, avanzaron a marcha muy lenta debido a la gran cantidad de gente que se acercó a ver el paso de la caravana.

Las trabas judiciales que existían para el traslado se despejaron la semana pasada, cuando la viuda de Perón, la ex presidenta María Estela Martínez, permitió que se extrajeran muestras del cadáver de su marido para ser sometidas a un examen genético, como reclamaba Martha Holgado, una mujer de 72 años que dice ser hija del general.

La finca '17 de octubre', de 19 hectáreas, fue comprada por un tío de Perón, quien la escrituró a su nombre en 1947.

Allí, el ex presidente aseguró haber pasado los mejores días de su vida junto a su segunda esposa, María Eva Duarte, 'Evita', cuyos restos, el sindicalismo peronista también pretende trasladar a esa residencia convertida en museo en el año 2000.