El Hogar de Menores de Adeje (Tenerife) cumplirá este mes de noviembre siete años de andadura, un periodo en el que ha proporcionado ayuda y protección a menores de diferentes partes de la isla que se encuentran en situación de riesgo.

El Hogar de Menores trabaja de forma conjunta con la Dirección General del Menor y la Familia del Gobierno de Canarias, que asume la guarda o tutela del menor debido a causas de deterioro familiar fundamentalmente.

El concejal de Atención al Menor, Andrés Pérez, ha manifestado que el Hogar de Menor es uno de los servicios más importantes de los que dispone el Ayuntamiento, además de una institución en la se proporciona ayuda a aquellos jóvenes que, por diferentes razones, han necesitado orientación y atención especializada.

El Hogar de Menores de Adeje es un centro de carácter protector donde se intenta crear un marco de vida estable y organizada que proporcione a los menores seguridad y estabilidad de forma tal que puedan desarrollar armónicamente su personalidad. Para ello, se proporciona al menor un ambiente en el que se llevan a cabo un conjunto de relaciones que le enseñan a resolver los conflictos de forma lógica y pacífica, desarrolle vivencias y adquiera modelos de aprendizaje personales y sociales válidos, con el fin de reintegrarse gradualmente a su familia de origen u otra medida de amparo.

En este centro se atiende a menores de edades verticales, es decir, acoge a jóvenes en edades comprendidas de 3 a 17 años. Cada año atiende un total de nueve plazas.

Un equipo multidisciplinar

El equipo de trabajo de dicho hogar es un equipo multidisciplinar compuesto por ocho trabajadoras, quienes han estado desde el inicio de las actividades del centro, elemento que da mayor estabilidad a las personas que son atendidas.

Cada día, el equipo de trabajo realiza diferentes acciones en las cuales se trabajan las competencias sociales básicas y necesarias para que los residentes en dicho centro puedan alcanzar sus metas de forma progresiva. Al mismo tiempo, las educadoras, además de trabajar con los menores, implican a las familias invitándolas a participar y colaborar en todas las actividades en las que sus hijos participen.

Todo el esfuerzo, trabajo y dedicación que plasman las trabajadoras persigue un único objetivo: la reunificación familiar. En el caso de que eso no sea posible, se le proporciona al menor la atención y formación necesarias para su adaptación a la medida de amparo que sea más conveniente o, en su defecto, para obtener su autonomía e independencia personal y su posteriormente su integración en la sociedad.