Los trabajadores del transporte público madrileño secundaron este lunes la séptima y última jornada de paros convocados por los comités de empresa de Metro y EMT para protestar por las bajadas salariales y los recortes en el servicio.

A la espera de establecer un nuevo calendario de protestas, los comités de empresa de ambas compañías han decidido invitar a sus empleados a adherirse a la huelga general fijada por CC OO y UGT para el próximo 14 de noviembre.

Desde el 17 de septiembre, Metro ha celebrado siete jornadas de paros parciales en las hora punta de la mañana y la tarde, por las seis convocadas por los autobuses urbanos de la capital (21 y 28 de septiembre, 1, 22, 26 y 29 de octubre).

La ausencia de incidencias, el cumplimiento de los servicios mínimos decretados, los atascos matinales de tráfico y la aglomeración de viajeros en andenes y marquesinas han sido la constante durante estos días. El 90% de los trabajadores que podían hacer huelga y no estaban destinados a los servicios mínimos —decretados por la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid en el 35% para Metro y el 50% en los autobuses urbanos— han secundado las protestas.

A las 18.00 horas de este lunes, la Puerta del Sol era el escenario de la concentración convocada como acto de cierre de las siete jornadas de paros parciales.

Los comités de empresa tienen previsto reunirse este martes para hacer balance de estas acciones y estudiar la convocatoria de nuevas movilizaciones que, incluso, podrían endurecerse. La decisión de que los 7.600 trabajadores del suburbano y los de los 8.600 de la EMT secunden la huelga general convocada en España para el próximo 14 de noviembre será sometida a la ratificación de sus respectivas asambleas.