Seminci-'De óxido y hueso' de Jacques Audiard, recibida con aplausos, narra una historia de amor, violencia y superación

El largometraje 'De óxido y hueso', del cineasta francés Jacques Audiard y que ha sido recibida con aplausos tras su proyección en la Sección Oficial de la 57 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), narra una historia de amor, violencia y superación a través de dos personajes antagónicos cuyas vidas confluyen en situaciones de dificultad.
ÛDe óxido y hueso'
ÛDe óxido y hueso'
SEMINCI
ÛDe óxido y hueso'

El largometraje 'De óxido y hueso', del cineasta francés Jacques Audiard y que ha sido recibida con aplausos tras su proyección en la Sección Oficial de la 57 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), narra una historia de amor, violencia y superación a través de dos personajes antagónicos cuyas vidas confluyen en situaciones de dificultad.

Ali se tiene que hacer cargo de su hijo, Sam, de cinco años, a quien su madre empleaba para pasar droga, y decide mudarse desde el norte de Francia hasta la ciudad costera en la que vive su hermana, cajera de un supermercado, y su cuñado, transportista, que pese a la distancia les reciben con amabilidad.

El joven encuentra pronto un trabajo como portero de discoteca y comienza a entrenarse en un gimnasio y es una noche cuando, como consecuencia de una pelea, conoce a Stephanie, una joven a la que tiene que llevar a casa y de la que, tiempo después, sabe a través de los informativos: un accidente en el acuario ha obligado a la amputación de sus dos piernas.

El joven, cada vez más centrado en el entrenamiento y que ahora trabaja en seguridad en una empresa, recibe un día una llamada de la joven, a la que él dejó el teléfono, y desde entonces nace entre ellos una particular relación: la delicadeza que todo el mundo le brinda choca con la naturalidad de Ali, quien no tiene reparos en decir lo que le parece pero que ayuda a la joven a normalizar su vida.

La aparición de un hombre que, además de instalar cámaras ilegales en las empresas para controlar a los trabajadores, introduce a Ali, con cierto carácter violento, en el mundo de las peleas ilegales, determinará el destino del joven, a quien Stephanie sigue y anima y quien afronta junto a él, gracias a su naturalidad, un nuevo reto en su recuperación: el sexo.

El descubrimiento de la red de cámaras en el supermercado en el que trabaja Anna, la hermana de Ali, y su consiguiente despido, justificado por la sustracción de la comida caducada con la que, en esos meses, se han alimentado el padre y el hijo, crea una escisión en la familia.

Stephanie, quien se había hecho cargo de las peleas de Ali, a cuya familia ya conoce y con quien busca una relación con "modales", no se sorprende de la marcha del joven, quien se marcha sin previo aviso y comienza una nueva etapa en el mundo del boxeo con grandes perspectivas.

La visita de Sam, su nueva actitud hacia su hijo, una desgracia y la situación límite a la que se enfrenta, por la que es capaz de sacrificar lo que más deseaba hasta el momento, algo desconocido antes, hacen que su vida de un gran giro pero en el mismo escenario y con los mismos personajes.

Audiard convierte en protagonista a Ali, quien tiene que ocuparse de Sam, su hijo de cinco años al que apenas conoce, por lo que, sin dinero ni amigos, abandona su domicilio en el norte de Francia para refugiarse en casa de su hermana, que vive en Antibes.

Aunque ni su hermana ni su cuñado tienen mucho dinero, acogen a Ali y a Sam en el garaje de la casa y se encargan del pequeño; Ali encuentra un empleo como portero de discoteca y, tras mediar en una pelea una noche, conoce a Stephanie, una joven atractiva y segura de sí misma a quien acompaña a casa.

Mientras Stephanie es una princesa, Ali no tiene recursos pero las cosas cambiarán el día en que Stephanie, que se dedica a entrenar orcas en un parque acuático, sufre un accidente.

El director.

Audiard nació en París en 1952, estudió Literatura y Filosofía en La Sorbona y comenzó su carrera profesional como montador de cine, trabajando como ayudante en varias películas incluyendo 'El quimérico inquilino' (Roman Polanski, 1976); también trabajó en teatro, donde adaptó varias obras.

A principios de los 80, siguiendo los pasos de su padre, Michel Audiard, comenzó una exitosa carrera como guionista en películas como 'Réveillon Chez Bob' (Denys Granier-Deferre, 1984), 'Sac de noeuds' (Josiane Balasko, 1985), 'Saxo' (Ariel Zeitoun, 1987), 'Fréquence meurtre' (Elisabeth Rappeneau, 1988), 'Australia' (Jean-Jacques Andrien, 1989) o 'Confessions d'un Barjo' (Jérôme Boivin, 1992), entre otras.

Gracias a sus primeros éxitos pudo obtener financiación para su primer largometraje, 'Regarde les hommes tomber', presentado en la Semana de la Crítica en Cannes, que consiguió el César a la Mejor Primera Película y el premio Georges y Ruta Sadoul en 1994.

Su segundo trabajo, 'Un héroe muy discreto', logró la Espiga de Plata en la 41 Semana; su cuarta película, 'De latir mi corazón se ha parado', se alzó con ocho premios Cesar y el BAFTA a la Mejor Película en Lengua No Inglesa, galardón que repitió con 'Un profeta' en 2010, que también fue distinguida con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes

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