En Barcelona, conociendo el modernismo que se "come"

  • Gaudí Garraf fue proyectado como pabellón de caza pero acabó en bodega.
  • Casa Calvet es otro de los edificios emblemáticos de la Ciudad Condal.
  • En el Hotel Casa Fuster se encuentra el Café Vienés, un clásicos de Barcelona.
  • El café Els Quatre Gats está en la Casa Martí creada por Cadafalch.
Casa Calvet, otro de los edificios emblemáticos de Barcelona.
Casa Calvet, otro de los edificios emblemáticos de Barcelona.
WIKIPEDIA/Canaan
Casa Calvet, otro de los edificios emblemáticos de Barcelona.

Visitar la capital de Cataluña es respirar aires de mar y encontrarse cara a cara con el Mediterráneo mientras se admira la belleza de una ciudad tan cosmopolita como histórica. Barcelona es la vitrina por excelencia del Modernismo, movimiento rompedor y renovador que tuvo su auge entre finales del siglo XIX y principios del XX.

Justamente en esos edificios modernistas que engalanan la ciudad, no sólo podemos echar atrás el tiempo, sino también sentarnos a la mesa; pues muchos de ellos son sedes de importantes restaurantes que tienen el sello de una época, donde los aires de mar se entrelazan con una estética cuidada en detalle y la gastronomía toma un rol protagónico.

"Mi padre hacía peroles; mi abuelo paterno hacía peroles; mi abuelo materno también hacía peroles… Es una aptitud, acumulada por herencia, la que me mueve y me guía". Estas palabras, pronunciadas por el arquitecto catalán Antoni Gaudí en 1926, confirman su inspiración creadora, que tuvo su génesis en el taller de calderos de su padre.

Mesa y mantel

Hoy por hoy, algunas de las emblemáticas construcciones de Gaudí, que a su vez son restaurantes con sello modernista, nos devuelven a su incipiente etapa relacionada con la cocina.

Gaudí Garraf es uno de ellos. Su cocina es predominantemente catalana y cuenta con salones independientes, con capacidad hasta para 400 personas. Fue proyectado, a finales del siglo XIX, para la familia Güell como un pabellón de caza, aunque éste no llegó nunca a construirse. Posteriormente, las tierras fueron dedicadas al cultivo de la viña, con lo que se creó finalmente un “celler” (bodega en castellano). La obra se le atribuyó, durante muchos años, a Francesc Berenguer y luego se confirmó que sólo fue colaborador de Gaudí.

Casa Calvet es otro de los edificios emblemáticos de la Ciudad Condal. Su restaurante se inauguró en 1994 y ofrece creaciones actuales con tradición mediterránea. El hígado de pato fresco con naranjas amargas, el arroz con bogavante, las verduras con queso de cabra, la perdiz con castañas o el helado de romero son sólo algunas de las recomendaciones de su carta (aunque varía según las estaciones del año). Cuando Gaudí construyó este edificio, en 1899, recibió el premio del Ayuntamiento por su originalidad y personalidad.

La genialidad de Doménech i Montaner

En el Hotel Casa Fuster (obra cumbre de Doménech, creado en 1908 y restaurado en 2004) se encuentra el Café Vienés, uno de los clásicos de Barcelona que, a principios de siglo, era el epicentro de famosas tertulias intelectuales. Al peso de la historia hay que sumarle las actuales sesiones de jazz así como su interesante propuesta de cafés, tés, cócteles y tartas.

También de Doménech i Montaner, junto al Teatro del Liceu, se encuentra el Hotel España, que abrió sus puertas en 1859 con el nombre de Fonda de España y hoy se conserva fiel a su estilo. El restaurante del hotel lo dirige el chef Martín Berasategui y en homenaje a sus orígenes lo ha llamado Fonda España. Allí ofrece una cocina de raíces tradicionales, actualizada, presentada con imaginación y basada en los mejores productos del mercado.

Entre platos y tazas

En Barcelona conviven otros edificios que albergan cafés modernistas como London bar donde, desde hace 100 años, todas las noches hay música en vivo. Este café es conocido por haber sido frecuentado por Dalí, Picasso y Hemingway.

La bella Scarlett Johansson se sentó en una de las mesas de Els Quatre Gats en una escena de Vicky, Cristina, Barcelona, del neoyorquino Woody Allen; y el ex presidente norteamericano Jimmy Carter comió allí junto a su familia el año pasado.

El café Els Quatre Gats está ubicado en la Casa Martí creada por Cadafalch en 1896. Su decoración, a base de cerámica con motivos florales y geométricos, marcos de piedra y hierro forjado evidencian su estilo modernista. Con más de 80 años de ininterrumpida actividad, el Café de L’Òpera (en la Rambla) conserva desde la fachada hasta el interior, su estilo modernista.

Lo que ahora es un café antes fue una de las más afamadas chocolaterías, y tanto ayer como hoy es uno de los locales más elegantes de la ciudad y punto de encuentro de la aristocracia y la burguesía barcelonesa, además forma parte del patrimonio histórico de la ciudad.

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