Candidato al galardón de diputado más trabajador en el Congreso, Francisco Jorquera Caselas (Ferrol, 31 de agosto de 1961) logró en Madrid ser conocido como nacionalista dialogante y ahora la cara amable de la Unión do Povo Galego (UPG) debuta con la misión de mantener y consolidar al BNG tras las escisiones de principios de 2012.

Aunque no logró un grado de conocimiento muy alto, según los estudios demoscópicos oficiales, la faceta más importante de Jorquera en su vida política se desarrolló en las Cortes Generales, donde ha sido diputado desde 2008 hasta que debió centrarse en la carrera electoral gallega, misión que ha asumido como mandato de la militancia, pese a que sus aspiraciones estaban colmadas en defender a Galicia en las Cortes del Estado.

La buena reputación de Jorquera, al que la UPG otorgó el encargo de recuperar la unidad del BNG tras las escisiones sufridas después de la última asamblea nacional, también adquirió fama en el Congreso. En Cortes fue elegido como representante del Grupo Mixto para la comisión de secretos oficiales, con el visto y place de los dos partidos mayoritarios que sí habían vetado a otros nacionalistas, como a Alfred Bosch de ERC en esta legislatura.

Tímido y reservado a la hora de mezclar su vida política con la personal, Jorquera se estrena en este mandato de la militancia con el bagaje de ser la cara del nacionalismo gallego en Madrid en los últimos años y haber representado a la "única fuerza que defiende a Galicia de forma incondicional".

En el hemiciclo español consiguió levantar a todos los diputados en su despedida, en la que lamentó la "pérdida" de vitalidad política y democrática entre las paredes de la Carrera de San Jerónimo, y en la que se mostró "honrado" de haber tenido la oportunidad de pisar el mismo suelo y hablar en la misma tribuna que destacados galleguistas como Castelao, Suárez Picallo, Otero Pedrayo o Antón Vilar Ponte.

Su carácter dialogante, reconocido incluso por sus rivales políticos, no ha impedido su notoria firmeza en las discusiones parlamentarias, en las que ha sido muy crítico con los recortes que practicó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero —al que dejó de apoyar en los presupuestos y en las principales medidas económicas cuando comenzó las crisis— y los decididos por el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Candidato por primera vez

Debuta en Galicia aunque Francisco Jorquera ya ha sido diputado y senador, y ha ocupado diversos cargos orgánicos desde una pronta militancia en el BNG —del que es miembro fundador— y en el movimiento estudiantil, desde ERGA hasta que contribuyó a fundar los Comités Abertos de Factultade (CAF), sindicato que todavía pervive y que está muy vinculado con las juventudes nacionalistas de Galiza Nova.

Candidato nacionalista proclamado a principios de año y presentado en dos convenciones nacionales a los suyos, Jorquera se enfrenta por primera vez a las elecciones gallegas con el reto de que la presencia de su formación en la Cámara autonómica se mantenga, al menos, en los 12 diputados con los que ahora cuenta.

Sería un logro electoral para el frente nacionalista con Jorquera a la cabeza después de las escisiones que sufrió tras la última asamblea nacional la formación frentista. Además, le permitiría reivindicar "en recuperación y ascenso" su suelo electoral, en palabras de Jorquera, que hace apenas un año logró salvar los dos escaños en el Congreso.

La doble misión que la militancia le ha conferido también pasó por conseguir para estas elecciones una formación compacta y ha servido para aglutinar en torno al proyecto común a voces discrepantes con la hasta entonces dirección de la formación, como el núcleo en torno a Carlos Aymerich, quien fue su rival en el cónclave en el que Jorquera salió elegido candidato a la Presidencia de la Xunta. Ese mismo día, el que fue portavoz en el Parlamento de Galicia le prometió fidelidad y trabajar para convertir en presidente del Gobierno gallego al que definió como su "amigo".

Licenciado en Geografía e Historia, Jorquera conoce hasta el último rincón de Galicia, tal y como describió el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez, en una presentación y ello le otorga el valor de conocer los confines de la tierra que sueña "soberana" pese a que su lanzamiento político haya ocurrido en la 'diáspora' gallega en Madrid.

De hecho, la salida del BNG de sectores de centro político y más aperturistas (como Máis Galiza), le ha permitido a la formación frentista enarbolar sin metáforas la bandera soberanista, con un Jorquera convencido de que "sin soberanía no hay democracia", y levantar la estrella roja de cinco puntas.

El candidato nacionalista se ha preparado para gobernar en esta campaña electoral, en la que no ha renunciado a presentarse como "presidente" en los debates electorales. Eso sí, de conseguirlo, ya ha avanzado que no usará la residencia oficial de Monte Pío, sino que seguirá en su barrio obrero de O Castrillón, en A Coruña.

Pero Jorquera también está listo para ser la voz "insumisa" ante los recortes y no pasar por el aro de la austeridad en el Gobierno, sino para enfrentarse desde el hemiciclo al día a día; y por eso ha comprometido que no participará en un gobierno como el andaluz. Eso sí, con la voluntad de evitar a toda costa que el Ejecutivo lo presida de nuevo Alberto Núñez Feijóo, de ahí que haya asegurado que no entregará las riendas de mando a los populares, como hizo IU en Extremadura.

No en vano, si el PP no logra la mayoría absoluta, Jorquera deberá hacer gala de su actitud dialogante, ya que tras reconocer "errores" en el bipartito de la anterior legislatura, las bases nacionalistas que se han reactivado para esta campaña no aceptarían reeditar un pacto de gobierno con el PSdeG que no cumpla con las expectativas creadas.