Según esta especialista, en la ciudad hay censadas «unas 60.000 colmenas, que se reparten sobre todo en las afueras del casco urbano, zonas de montaña y en todas las partidas rurales».

Pero los ciudadanos no tienen por qué estar intranquilos por las posibles picaduras, «ya que los apicultores no pueden tener los panales a menos de 400 metros de la ciudad y a menos de 200 metros de las carreteras. La mayoría cumple con la norma», apunta Segura.

Para evitar la picadura, se debe prescindir de perfumes fuertes, prendas llamativas y sandalias al ir por el campo. «Lo peor que se puede hacer es tratar de espantarlas; si se ven, hay que rodearlas y no ponerse nervioso», aconseja esta experta.

En caso de que te pique una abeja

Si llega el caso de que alguna abeja o avispa ha clavado su aguijón sobre una persona, el afectado «debe ponerse una pomada de corticoides para evitar la hinchazón», señala Inmaculada Segura, veterinaria de Asaja-Jóvenes Agricultores. «Lo más aconsejable es vacunarse contra el veneno de estos insectos, que son bien toleradas por la persona. Tampoco está de más que quien frecuente los panales lleve un botiquín con adrenalina autoinyectable», recomienda.