El grupo socialista en el Ayuntamiento de Castellón llevará al pleno una declaración institucional para que el consistorio declare 'persona non grata' al ministro de Industria, José Manuel Soria, si no retira al sector de la cerámica la nueva tasa que grava el consumo de gas en el proceso de fabricación de azulejos.

"La responsabilidad de los concejales socialistas es defender con todas nuestras fuerzas políticas a la industria de Castellón, porque así defendemos el derecho al trabajo de miles de castellonenses", ha explicado la portavoz socialista en el Ayuntamiento de Castellón, Amparo Marco, quien ha añadido que el Gobierno "debe rectificar la decisión de imponer la tasa del gas, y si no lo hace, ha de saber que encontrará un rechazo hostil del Ayuntamiento de Castellón".

Ha recordado que el Congreso de los Diputados debatirá en los próximos días una propuesta del grupo parlamentario socialista en la línea del acuerdo alcanzado en las Corts valencianas para librar al sector cerámico de la tasa que ha aprobado el Gobierno de Mariano Rajoy. En caso de que el PP no la respalde y obligue a Soria a rectificar, Marco mantendrá la petición de reprender al ministro y declararle 'persona non grata' en Castellón.

La portavoz socialista lamenta la "complicidad" del PP local con las políticas "anticastellonenses" del Gobierno. En ese sentido, ha citado la paralización de los planes de ayuda a la mejora de la reindustrialización y de la competitividad. "La aplicación de la nueva tasa al gas afectará el potencial de la competitividad de la industria cerámica y debilitará el producto fabricado en Castellón frente al de procedencia italiana", ha dicho.

Marco ha recordado que los sindicatos más representativos en la industria de Castellón han remarcado que el sobrecoste en la producción cerámica tendrá repercusiones sobre el empleo. Las estimaciones plantean que los más de 30 millones de euros que supondrá la imposición de la tasa del gas forzarán un descenso de la producción que desencadenará la destrucción de más empleo. Según la dirigente socialista, desde que estalló la crisis, la cerámica castellonense ha perdido la mitad de sus trabajadores, al pasar de 26.000 a 13.000.