La encuadernación artística es "como un castillo de naipes", un trabajo "muy complejo", pero "maravilloso"

Eduardo Giménez ha sido distinguido por el Ministerio de Cultura con el Premio Nacional a la Mejor Encuadernación Artística de 2012
El encuadernador zaragozano Eduardo Giménez Burgos
El encuadernador zaragozano Eduardo Giménez Burgos
ELENA SÁNCHEZ/E.G.B.
El encuadernador zaragozano Eduardo Giménez Burgos

El zaragozano Eduardo Giménez Burgos ha subrayado que la encuadernación artística, a la que dedica su labor, es "como un castillo de naipes", un trabajo laborioso y "muy complejo" pero, a la vez, "muy gratificante, maravilloso" y que esconde un profundo amor por los libros.

Giménez ha logrado recientemente el primer Premio a las Mejores Encuadernaciones Artísticas de 2012, máximo galardón que se otorga a un encuadernador español y que concede el Ministerio de Cultura, por su encuadernación del libro 'Chistes para desorientar a la policía / poesía', del poeta Nicanor Parra, Premio de Literatura Miguel de Cervantes 2011. El libro se muestra ahora en Barcelona y tras una gira por distintas ciudades pasará a formar parte de la Biblioteca Nacional.

En declaraciones a Europa Press, ha detallado que este premio se centra en una especialidad de la encuadernación, la artística, que es "más compleja en cuanto a decoración". Se trata de una convocatoria anual del Ministerio que selecciona un libro Premio Miguel de Cervantes y suministra el ejemplar "en rama, sin encuadernar" a los profesionales, para que presenten sus propuestas, que analiza un jurado integrado por expertos del mundo del libro y encuadernadores.

Los criterios que guían al jurado para elegir al ganador son "la maestría técnica y la ejecución de la encuadernación", así como la "adecuación artística entre el contenido y la decoración del libro", el logro estético alcanzado por el encuadernador. Aunque los criterios del jurado "siempre son discutibles porque el gusto varía mucho, en este caso el libro gustó" y premiaron el trabajo de este zaragozano.

En el caso de este ejemplar de poesía de Nicanor Parra, los poemas transmitían muchas imágenes con las que trabajar y "opté por una figuración abstracta, geométrica que es la que suelo utilizar, sencilla y directa", recurriendo a la madera y la piel que son dos de los materiales que "más se adaptan a mi forma de encuadernar".

Sobre su profesión, Eduardo Giménez comenta que en España "es bastante difícil vivir" de la encuadernación artística, ya que los trabajos "suelen ser encargos de coleccionistas de libros" y la artística es "una parte pequeña de la encuadernación".

De hecho, en España "no se conoce muy bien, pocos saben o han visto una encuadernación artística", con madera, piel y otros elementos "que se usan en encuadernaciones de arte muy logradas", mientras que en países como Francia o Inglaterra existe "una gran tradición".

Una labor gratificante

Aportar un "toque más moderno" es lo que diferencia a la encuadernación artística y "se presta más a encuadernaciones de libros para instituciones", bancos y entidades y encargos de particulares, para las que suelen dar libertad en el enfoque del trabajo.

Este tipo de encuadernación "es muy laboriosa, requiere muchos pasos que no se pueden saltar, es como un castillo de naipes que hay que ir construyendo, paso a paso, sin saltarse nada", una tarea compleja, que reúne "muchas actividades manuales y es muy gratificante, es un trabajo maravilloso", ha destacado.

"Normalmente", el resultado es fruto de un trabajo de tres meses "desde que empiezo a dibujar el diseño hasta que lo termino con su estuche", es un proceso de elaboración "lento", ha comentado, para diferenciar su labor de la de un restaurador profesional, aunque, en alguna ocasión, se ha encontrado libros "de la época de Dante o de Shakespeare y es muy sorprendente" poder verlos, si bien "no es el tipo de libro que suelo hacer".

Para este profesional, "es fundamental el amor por los libros". "Vivo rodeado de libros, siempre me ha gustado leer y por ahí empezó todo", ha explicado, al observar que "a toda persona que ame los libros le gusta tener su biblioteca bien" porque muchas veces los libros "son algo más que un texto para leer".

Los libros "tienen algo especial para quien los posee" y a lo mejor a esa persona le gusta arroparlos "con un vestido más atractivo o protegerlos para que no se desgasten con el tiempo. Esa es nuestra labor", ha resaltado.

Dedicado a la enseñanza

Eduardo Giménez Burgos (Zaragoza, 1958) lleva catorce años dedicado a la enseñanza de la encuadernación, y es profesor y director de la Escuela de Encuadernación Libro de Zaragoza, fundada en 2006 y situada en la calle Andador Luis Puntes Gracia, 6, de la capital aragonesa.

Entre 1984 y 1988 vivió y trabajó en Japón. Ha traducido el libro clásico 'La encuadernación japonesa', de Kojiro Ikegami, y ha participado en diversas exposiciones de encuadernaciones japonesas y libros de artista, así como de encuadernaciones de arte por todo el mundo.

Ha obtenido también importantes distinciones por sus proyectos artesanales, como el conseguido en 2009 en el concurso de Designer Bookbinders International Competition, que le permitió participar con su encuadernación premiada en la exposición de la Bodleian Library de Oxford, en el Reino Unido y, a lo largo de 2010, en diversas ciudades de Estados Unidos.

Entre los últimos galardones obtenidos, se encuentran el primer premio en el IV Concurso de Encuadernación Artística organizado por AFEDA (Asociación para el Fomento de la Encuadernación de Arte), en colaboración con el Gremio Madrileño de Libreros de Viejo, así como los primeros premios en los concursos de la Society of Bookbinders International Competition (Reino Unido) y en el Internacional Elizabeth Soutar Bookbinding Competition, de la Biblioteca Nacional de Escocia.

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