Por la Cantabria infinita: desde Santillana hasta Comillas

  • Dos localidades son la joya de la corona: Santillana del Mar y Comillas.
  • Santillana es una villa medieval considerada íntegramente monumento.
  • En Comillas, noble y aristocrática, destaca el Capricho de Gaudí.
Una fotografía de Santillana del Mar.
Una fotografía de Santillana del Mar.
Gobierno de Cantabria
Una fotografía de Santillana del Mar.

Cantabria es tierra de infinitos encantos, de eterno idilio, una región privilegiada que despierta los sentidos. Pródiga en paraísos naturales, cuenta con un Parque Nacional, cinco Parques Naturales y una Reserva Natural, además de otras zonas bajo el amparo de distintas formas de protección.

Las Cuevas de Altamira

La bravura del Cantábrico y la fina arena blanca se dan cita en su litoral, en el que se puede elegir entre más de sesenta playas que alcanzan las estribaciones de las imperiales montañas. Cantabria merece un recorrido a fondo, pero siendo conscientes de que el tiempo de asueto no siempre lo permite, dos localidades podrían ser consideradas la joya de la corona: Santillana del Mar y Comillas.

Santillana del Mar es conocida cariñosamente como la "Villa de las tres mentiras",  porque ni es santa, ni es llana, ni tiene mar, cosa que es innegablemente cierta. No obstante, podría añadirse como coletilla "ni falta que le hace", porque es Santillana una villa medieval considerada íntegramente monumento y sede de "la capilla sixtina del arte rupestre".

Las Cuevas de Altamira son una de las más famosas en el ámbito internacional, sobre todo por su sala de policromías. Su progresivo deterioro ha forzado la clausura indefinida de las cuevas, pero la réplica exacta y el museo construidos en sustitución reproducen sus pinturas y el ‘modus vivendi’ de sus moradores con absoluta fidelidad y cirujana precisión.

Comillas, aristocrática y monumental

A tan sólo 16 kilómetros de Santillana del Mar se encuentra Comillas, noble y aristocrática villa asentada sobre suaves colinas que prestan abrigo a su preciosa playa y su recogido puerto. En ella se encuentra el Capricho de Gaudí, un maravilloso palacete revestido de azulejos con girasoles, obre del maestro Antoni Gaudí.

En esta localidad también está la imponente Universidad Pontificia, la majestuosa casa del Marqués de Comillas y la capilla adyacente, las intrincadas calles de su casco histórico… En Comillas, hasta el cementerio ubicado sobre las ruinas de una iglesia del siglo XV, es monumental, con la peculiar estatua del ángel guardián obra del modernista Llimona.

La mejor forma de disfrutar de los encantos naturales de Cantabria, es alojarse en una casa rural, establecimientos que se enclavan dentro de las propias poblaciones o en las inmediaciones. A pesar de la gran cantidad de alojamientos disponibles, su nivel de ocupación es altísimo, por lo que conviene reservar con toda la antelación que sea posible.

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