El alcalde de Girona, Carles Puigdemont, ha lamentado este miércoles la "deslealtad, la descortesía y el profundo desprecio" del Gobierno por no comunicar al consistorio que ya hay fecha fijada para la llegada del AVE a la ciudad, en abril de 2013.

El convergente se ha enterado de la noticia después que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, haya anunciado en París, que el primer AVE que unirá Barcelona y Perpignan comenzará a circular en abril de 2013.

El ayuntamiento lleva meses reclamando esta información al Gobierno y ha criticado que no se les haya comunicado nada, ni directa ni indirectamente, cuando es un dato de "máxima relevancia" para la ciudad, que tiene que prepararse para la llegada de la alta velocidad.

Puigdemont ha afirmado, en una atención a los medios de comunicación, que la actitud del Gobierno es un acto de total deslealtad y descortesía que no les sorprende porque continua en la línea de lo que viene haciendo en relación a Girona: "Es inaudito que tengamos que saberlo por una rueda de prensa en Francia y que lo sepa antes el primer ministro francés que no el alcalde de Girona o sus ciudadanos", ha censurado.

A partir de aquí, ha añadido el alcalde, el consistorio esperará que haya una confirmación oficial por parte del Estado.

INDIGNACIÓN

"Llevamos cierto tiempo indignados, haríamos un flaco favor a la ciudadanía si no compartiéramos con ellos el nivel de indignación que nos generan las últimas noticias que hemos conocido por la prensa y que son de gran relevancia", ha asegurado, a la vez que ha recordado que este mismo año ha mandado dos cartas al Ministerio de Fomento preguntándole por el AVE y por el tren convencional a su paso por Girona.

Puigdemont también ha lamentado poca capacidad de influencia de la diputada popular en el Congreso, Concepció Veray, y del diputado en el Parlament Enric Millo que "se llenan la boca" dando consejos al alcalde de Girona sobre lo que tiene que hacer en materias que no son de su incumbencia y que, cuando tendrían que estar sirviendo los intereses de los electores, no demuestran la misma contundencia o claridad.

Lo relevante, ha manifestado finalmente, es que existe un Estado que va en contra de Girona y Catalunya, "de manera que todas las reivindicaciones de tener estructuras de estado propio quedan, también en esta ocasión, totalmente justificadas y acreditadas".