El Gobierno filipino y el frente islámico sellan la paz y ponen fin a 40 años de conflicto

  • Este acuerdo crea una nueva entidad política de mayoría musulmana en la isla de Mindanao, llamada Bangsamoro.
  • El Gobierno de Aquino se ha comprometido a refrendar una ley "que plasme las aspiraciones del pueblo de Bangsamoro".
  • Tendrá más competencias en materia de seguridad, de Justicia, en materia fiscal y en explotación de los recursos naturales.
El presidente filipino, Benigno Aquino III (c), pronuncia un discurso en el Palacio Presidencial en Manila (Filipinas).
El presidente filipino, Benigno Aquino III (c), pronuncia un discurso en el Palacio Presidencial en Manila (Filipinas).
Rolex Dela Pena / EFE
El presidente filipino, Benigno Aquino III (c), pronuncia un discurso en el Palacio Presidencial en Manila (Filipinas).

El Gobierno de Filipinas y el grupo rebelde Frente Moro de Liberación Islámica (MILF) han alcanzado un acuerdo de paz que pone fin a un conflicto que se ha cobrado la vida de más de 120.000 personas en 40 años, según ha anunciado este domingo el presidente filipino, Benigno Aquino.

Este acuerdo concreta una hoja de ruta que culmine con la creación de una "nueva entidad política" de mayoría musulmana en la isla de Mindanao (sur) antes de que finalice el mandato de Aquino en 2016, llamada Bangsamoro.

"Este acuerdo crea una nueva entidad política, merece un nombre que simbolice y honren las luchas de nuestros antepasados en Mindanao y celebre la historia y el carácter de esta parte de la nación. Ese nombre será Bangsamoro", ha manifestado el presidente filipino desde su residencia y rodeado de su Ejecutivo.

"Este acuerdo marco está por encima de nuestros prejuicios y deja de lado la desconfianza y la miopía que ha minado los esfuerzos del pasado", ha destacado Aquino. "Habla de aprender de duras lecciones y de construir un éxito", ha agregado.

El mandatario filipino ha certificado el nacimiento de Bangsamoro y ha sellado el fin del "experimento fallido" de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán (RAMM). "La Constitución y un procedimiento que se atenga a las leyes regirá la transición (desde la RAMM) hacia Bangsamoro", ha aclarado.

Nuevas competencias

No obstante, Aquino ha advertido de que "todavía hay algunos detalles que ambas partes deben ultimar", si bien, ha insistido, "las promesas deben cumplirse".

"Mi gobierno se ha comprometido a refrendar una ley que plasme las aspiraciones del pueblo de Bangsamoro", ha indicado Aquino, en alusión a la constitución de una Comisión de Transición compuesta por hasta quince miembros y que tendrá de plazo hasta 2015 para redactar una ley orgánica que oficialice Bangsamoro.

La nueva entidad política y su marco legislativo se determinará mediante plebiscito después de que se apruebe dicha ley orgánica, aunque, en definitiva, Bangsamoro acumulará más poderes políticos y económicos. Entre otros, otorgará más competencias en materia de seguridad, de Justicia, en materia fiscal a fin de reducir los subsidios aportados por Manila y una porción más grande del pastel de la explotación de los recursos naturales, estimado en unos 312 millones de dólares (239,3 millones de euros).

Sin embargo, Manila mantendrá en su poder las "competencias exclusivas" de Defensa, ciudadanía, de política exterior, monetaria, seguridad y nacionalización tanto de los ciudadanos como de los derechos culturales, usos y costumbres. A juicio de Aquino, así se garantiza que "Filipinas permanece como una sola nación y un solo pueblo con todas sus diversidades culturales y narrativas en aras de una meta común".

Asimismo, ha agradecido la mediación del Gobierno de Malasia, en cuya capital, Kuala Lumpur, se han celebrado las reuniones entre el MILF y las autoridades filipinas. En esta misma línea ha reconocido la mediación del Grupo de Contacto Internacional, compuesto por Reino Unido, Japón, Turquía y Arabia Saudí, así como a otros participantes en el proceso como Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Noruega e Indonesia.

Las dudas aireadas por Aquino no apaciguan las preocupaciones en Filipinas por la volatilidad del Mindanao musulmán, donde las diversas milicias islamistas que integran el MILF podrían optar por desintegrarse y proseguir con la causa armada, poniendo en riesgo así el acuerdo de paz.

A estas milicias, con fuertes vínculos con la organización terrorista Al Qaeda, se le suman los poderosos clanes locales, cuya influencia política podría verse menoscabada con la firma de este acuerdo.

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