La consejera de Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, ha considerado este viernes un "logro" importante que cuatro de cada cinco universitarios andaluces de etnia gitana sean mujeres.

Díaz ha presentado este viernes en la sede del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) en Sevilla la publicación 'Estrategias de Cooperación con las Mujeres Gitanas', una guía elaborada por el instituto y la Federación Andaluza de Mujeres Gitanas (Fakali), que tiene como objetivo ofrecer una herramienta de trabajo a las personas profesionales de la administración pública que trabajan con este sector de población femenina para contribuir a su entendimiento y mejorar su atención teniendo en cuenta su diversidad cultural.

La consejera ha destacado que FaKali lleva años trabajando en la incorporación de las mujeres jóvenes gitanas en el campo de la universidad, de manera que en Andalucía, el uno por ciento de la población universitaria es de etnia gitana y de ese porcentaje el 80 por ciento son mujeres.

Ha resaltado que ha habido un trabajo importantísimo de profesionales, colectivos, instituciones y asociaciones como Fakali que permite que en estos momentos cuatro de cada cinco universitarios de etnia gitana son mujeres, lo que es "un avance importante y un logro conseguido".

Asimismo, la consejera de Presidencia e Igualdad ha abogado por romper determinadas imágenes y estereotipos en relación con la población gitana, haciendo pedagogía en el conjunto de la sociedad. Ha recordado que el artículo 10 del Estatuto de Autonomía andaluz insta a los poderes públicos y en especial a la Junta a una colaboración intensa con la población de etnia gitana, al igual que con otras minorías.

Ha recordado que el 80 por ciento de la población de etnia gitana está "perfectamente incorporada en el mundo de la empresa y de la universidad y hay un 20 por ciento que se encuentra en estos momentos en una situación de pobreza, agravado, como en toda la población, por el hecho de la crisis".

La publicación 'Estrategias de Cooperación con las Mujeres Gitanas' pretende fomentar el desarrollo de la mujer gitana tanto en la sociedad como en la propia comunidad romaní. Para ello, la publicación, que incorpora un análisis sociocultural, histórico y normativo, aporta como principal contenido una guía de buenas prácticas con herramientas de intervención que faciliten el trabajo a través de un mejor conocimiento y un feedback continuo.

Las propuestas de intervención abarcan ámbitos como el de la educación, con medidas como la creación de un sistema formativo que incorpore la educación intercultural; el uso de referentes positivos de mujeres gitanas para promocionar el acceso a la educación; la oferta de posibilidades educativas que se compatibilicen con las obligaciones familiares o el apoyo a la escolarización tardía, entre otras.

También ofrece propuestas en materia de empleo, como informar de la importancia de la tarjeta de demandante de empleo para acceder a recursos pro empleabilidad; procurar la implicación de familiares, o tener en cuenta en la orientación laboral las necesidades de compatibilizar obligaciones familiares.

En el área de la salud, la guía propone formar al personal sanitario en la cultura y el concepto de salud del pueblo gitano; favorecer la empatía; aprovechar el período de embarazo para formar a las mujeres sobre la importancia de las revisiones ginecológicas para la detección de patologías; y en materia de vivienda, posibilitar el realojo o apoyo al alquiler.

Violencia de género

Asimismo, se dedica un apartado a la violencia de género, donde plantea propuestas en torno al desarrollo de programas de autoestima y campañas específicas y fomentar la creación de redes gitanas de debate.

La guía insiste en la especial situación de las mujeres de etnia gitana, que se enfrentan a veces a una doble discriminación por su pertenencia étnica y su condición de mujer. Recuerda, no obstante, la fuerte transformación que se observa en los últimos años, con una mayor participación y autonomía por parte de las mujeres gitanas, sin suponer por ello una pérdida de identidad.

La comunidad gitana es la mayor minoría étnica en Europa, con 10 a 12 millones de personas, y con 750.000 en España (la mitad de ellas en Andalucía). Se estima que sólo el 20 por ciento se encuentra en situación de pobreza, pero su visibilidad es mayor que el 80 por ciento restante, lo que ofrece una falsa imagen de marginalidad.

La economía gitana ha sido tradicionalmente autónoma familiar e informal, aunque cada vez es más frecuente la búsqueda de empleo por cuenta ajena. La población gitana tiene un comportamiento similar al de la comunidad mayoritaria: se observa una menor tasa de actividad y empleo en las mujeres que en los hombres, frente a la mayor tasa de paro femenino, de temporalidad en el empleo y de jornada a tiempo parcial. Sin embargo, esta tendencia podría cambiar en los próximos años, dado que el 80 por ciento de las personas de etnia gitana universitarias son mujeres.

Fakali es la única federación de mujeres gitanas de Andalucía. Trabaja para la consecución de la plena incorporación de las mujeres gitanas, definiéndose como una organización social que representa el cambio que se está produciendo en el seno de la comunidad gitana. El IAM trabaja en colaboración con esta asociación para visibilizar la doble discriminación de las mujeres gitanas y apoyar la transformación que éstas llevan a cabo desde el seno de la comunidad romaní.