Presos periodistas en la cárcel de Soto

El centro penitenciario Madrid V acaba de poner en marcha la revista ‘De paso’, realizada por y para los reclusos de la prisión.
Juan, Erika y Mamadou, redactores de la revista De paso, en el centro de educación de la cárcel.(Jorge París)
Juan, Erika y Mamadou, redactores de la revista De paso, en el centro de educación de la cárcel.(Jorge París)
Juan, Erika y Mamadou, redactores de la revista De paso, en el centro de educación de la cárcel.(Jorge París)

Mamadou nació en Guinea Conakri hace 22 años y siempre ha querido ser periodista. Erika, mexicana de 25, adora la cultura. Juan, madrileño de 45, apenas sabía escribir hace unos años, pero ya ha aprendido. Todos cumplen condena en la cárcel de Soto del Real.

Todos son redactores de la revista De paso, cuyo primer número acaba de editar el centro de educación de adultos de la prisión.

"Un año de condena"

Juan se sintió como si le hubiesen "quitado un año de condena al ver publicado su artículo de denuncia Yo, la droga. Este vallecano, castigado precisamente por un asunto de estupefacientes, trabaja ya en un texto para el número 2. "Va de gobernantes que hablan y no hacen nada"

Mamadou, adicto a los telediarios y programas del corazón, envió "un montón de artículos" al comité de redacción.

El que ha visto la luz es un alegato contra la violencia de género que gustó a los funcionarios que vigilan su módulo: "Me preguntaron qué hacía yo aquí si era tan listo. Y me dijeron que tuviera cuidado, porque algunos de mis compañeros están condenados por maltrato". Él, en preventiva por "tenencia de dinero falso", acaba de empezar bachillerato y hará Periodismo cuando salga, "si consigo una beca".

A Erika el destino le gastó una broma cruel. En México hizo Trabajo Social. Iba a empezar como voluntaria en un centro penitenciario de su país, pero finalmente acabó recluida en una cárcel española por intento de tráfico de drogas. Su artículo se llama 'Río para no acabarme'.

Me siento orgullosa de haber publicado
"Me siento orgullosa de haber publicado", dice Erika. Su padre vino a verla hace unos meses y le preguntó si quería algo. "Le pedí un diccionario de sinónimos. Se quedó algo extrañado".

"El único requisito es el respeto"

El alma máter de la revista De paso es Kepa Osoro, director de la publicación y profesor del centro de educación para adultos de la cárcel. "La idea surgió porque, aunque en prisión hay varias actividades, la mayoría de los reclusos no participan en nada, y es terrible levantarte por la mañana y que tu objetivo sea ninguno", explica Osoro.

"De paso está abierta a todos los presos y tiene un doble objetivo: ser un lugar donde expresarse y entretener y hacer reflexionar a los lectores. Los redactores tienen total libertad: el único requisito es el respeto".

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