Emilia Clarke cuenta cómo ocultó sus problemas de salud mientras rodaba 'Juego de tronos'

El año pasado Emilia Clarke reveló al mundo que había sufrido dos aneurismas mientras rodaba Juego de tronos. Fue en una carta personal publicada en la revista New Yorker donde la actriz, conocida por interpretar a la implacable Daenerys Targaryen en la serie de fantasía épica de HBO, abría así la intimidad de sus problemas de salud.

Tuvo el primer aneurisma al finalizar el rodaje de la primera temporada de Juego de tronos en 2011, cuando tenía 24 años. En 2013, mientras representaba Desayuno con diamantes en Broadway, un escáner cerebral reveló otro aneurisma que necesitó una operación de urgencia para eliminarlo.

Clarke mantuvo estos problemas de salud en secreto durante todos esos años. En el libro de entrevistas Fire Cannot Kill a Dragon, donde varios artífices de Juego de tronos hablan de la serie (incluido el autor de su fuente literaria, George R. R. Martin, que revela la escena que menos le convence de la adaptación), la actriz cuenta cómo consiguió ocultar lo que le ocurría al mismo tiempo que el escrutinio mediático y la presión de los fans le causaban gran ansiedad.

"Sentí como si una banda elástica estuviera estrujándome el cerebro" escribía en 2019 describiendo el primer ataque, que le sobrevino durante el rodaje de una escena de Juego de tronos. "Fui al lavabo, me caí de rodillas y me puse a vomitar de manera violenta y voluminosa mientras el dolor se volvía peor". Así es como Emilia Clarke descubrió que su cerebro estaba dañado. Mientras iba al hospital, repetía mentalmente líneas de diálogo de Daenerys para calmarse.

Pero unas semanas después, la actriz volvió a trabajar como si nada hubiera pasado. "Muy poca gente sabía lo que había ocurrido. Yo no tenía ni idea", confiesa el coproductor ejecutivo Bryan Cogman.

Rodando después de un aneurisma

"Fue muy intenso", recuerda Emilia Clarke en el libro (vía Vulture). "Estábamos en el desierto, hacía calor, y yo tenía el miedo constante de que me iba a dar otra hemorragia cerebral. No paraba de pensar: '¿Me voy a morir? ¿Me va a pasar en el set? Eso sería muy inapropiado'. Y toda lesión cerebral te deja con una fatiga tremenda, indescriptible. Intentaba por todos los medios que no se me notara".

"Si se lo hubiera dicho a mi médico me habría dicho que necesitaba parar y relajarme. Pero yo solo sentía miedo, y eso me hacía entrar aún más en pánico, lo que me llevaba a pensar que iba a desmayarme en el desierto. Así que me llevaron un carrito con aire acondicionado (lo siento por el planeta)", explica la actriz.

"Durante todos mis años en la serie, nunca puse mi propia salud por delante, lo que probablemente hizo que el resto de la gente se preocupara al darse cuenta de ello. No querían que trabajara demasiado duro. Yo no quería que pensaran que era un fracaso, que no podía hacer el trabajo para el que me habían contratado", concluye.