La sordera afecta a cerca de un millón de personas en España

  • Estudios no oficiales elevan a dos millones el número de personas con hipoacusia.
  • Pasados los 55-60 años conviene hacerse revisiones periódicas cada dos años.
  • La sordera por edad no se cura pero se puede ralentizar con hábitos saludables.
Un anciano con un aparato de audición en su oído.
Un anciano con un aparato de audición en su oído.
Un anciano con un aparato de audición en su oído.

La sordera afecta, en sus distintos grados, a cerca de un millón de personas en España, según las últimas estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, aunque estudios no oficiales elevan a dos millones el número de personas con hipoacusia.

Los especialistas hacen hincapié en la necesidad de tratar adecuadamente la pérdida de audición cuando se presenta, y lo que es más importante, tener conciencia de que en muchos casos la sordera se puede prevenir. Así lo han hecho en los pasados días, con motivo de la Semana Internacional de la Sordera, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud.

El oído, como la vista, se cansa con la edad

Lo más frecuente son las pérdidas leves de audición generalmente causadas por un simple tapón de cera, o por mucosidad que puede quedarse en el oído medio debido a un catarro. Otro tipo muy habitual es la denominada presbiacusia, es decir, la pérdida de audición asociada a la edad.

Con la edad, perdemos oído por un fallo progresivo de las células de la cóclea. Pasados los 55-60 años es conveniente hacerse revisiones periódicas cada dos años, un una vez al año si ya existe alguna pérdida de audición.

Aunque no se puede revertir, la presbiacusia sí se puede ralentizar siguiendo una serie de hábitos saludables: los más importantes son evitar ruidos fuertes y mantenidos en el tiempo y huir del uso prolongado de auriculares a alto volumen.

Además hay que tener en cuenta que la sordera no avisa, ya que no hay signo de fatiga auditiva como sí puede ocurrir en el caso de la visión con la sensación de irritación o picor en los ojos.

"Una pérdida de audición va a suponer una merma importante de nuestra calidad de vida y de nuestra capacidad de comunicarnos con los demás", advierte la doctora Isabel Sánchez Cuadrado, especialista de otorrinolaringología de la Clínica La Luz.

Gravedad y tipo de sordera

Generalmente la gravedad de la sordera depende mucho del momento en el que se aparece, ya que no es lo mismo que se trate de una sordera congénita o que haya comenzado antes del desarrollo del lenguaje a que aparezca después. Es muy importante determinar el tipo de sordera con el fin de instaurar el tratamiento correcto.

Por ejemplo, la sordera profunda, que afecta a unas 100.000 personas en España, es, en muchos casos, de nacimiento, pero también puede consecuencia de un proceso progresivo.

En cuanto a la localización del problema, los otorrinolaringólogos distinguen entre la hipoacusia conductiva, que es la sordera causada por una alteración en el oído externo o el oído medio, y la hipoacusia neurosensorial, cuyo origen está en el oído interno o en el propio nervio auditivo.

También hay fármacos, como algunos antibióticos o la propia aspirina, que a dosis elevadas pueden influir en la aparición de sordera, así como determinadas infecciones como la otitis.

Fármacos, prótesis e implantes

En cuanto a los tratamientos, existe un amplio abanico que va desde los fármacos (antibióticos, aerosoles) hasta los distintos tipos de prótesis (audífonos) e implantes (cocleares, de oído medio, osteointegrados, etcétera).

De cara al futuro, todos los especialistas tienen puestas sus esperanzas en la terapia con células madre y la terapia génica, pero por el momento ambas siguen en el terreno de la experimentación con animales.

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