El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía adelanta a este lunes su habitual reunión semanal para preparar la posición que defenderá José Antonio Griñán en la Conferencia de Presidentes Autonómicos que se celebra al día siguiente en el Senado.

Según adelantó esta semana la consejera de la Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, Andalucía llevará a la Conferencia de Presidentes, entre otros asuntos, la "reivindicación de un cambio en el modelo de financiación territorial y un reparto más equitativo y menos asimétrico del objetivo de déficit", así la demanda de "medidas que estimulen el crecimiento económico" además de la austeridad.

El propio presidente andaluz, José Antonio Griñán, defendió el pasado jueves en el Pleno del Parlamento que la "verdadera razón" de la Conferencia de Presidentes debe ser "cooperar entre todos para recuperar la senda del crecimiento económico y facilitar la creación de empleo", por lo que alertó de que "el mayor error" en el que podrían caer sería convertir la cita "en un debate sobre el soberanismo".

"No se trata de debatir sobre el soberanismo ni tampoco de hacer un bloque contra el soberanismo. No debemos enredarnos en debates que no aporten nada", insistió Griñán, que apostó por establecer un "consenso básico" sobre el modelo autonómico "que lo primero que tiene que garantizar es la igualdad de todos los españoles vivan donde vivan". "Respeto a la diversidad, sí; respeto a la desigualdad, ninguno", dijo en el Parlamento.

Dos semanas antes ya enumeró diez "ejes básicos" que defendería en la Conferencia de Presidentes, entre los que figuran: entender que las comunidades autónomas "no son el problema sino parte de la solución porque nunca en estos años había crecido el conjunto del Estado y cada una de las partes de forma tan equilibrada como lo ha hecho desde los años 80"; iniciar una nueva "fase de cooperación en el entendimiento de que la desigualdad o la asimetría entre las partes del Estado de las autonomías rompería el motor fundamental del desarrollo autonómico"; utilizar como "objetivo compartido" el empleo; insertar "de forma explícita y permanente" el empleo en la agenda política; e iniciar una "reforma fiscal que reparta más equitativamente la carga tributaria, "que hoy está volcada casi exclusivamente en la renta y consumo de las clases trabajadoras".

El decálogo de Griñán se completa con las siguientes propuestas: decidir "gastos prioritarios para la determinación y reparto de los objetivos de déficit"; "reformular la financiación autonómica con una aplicación más objetiva del modelo que garantice la liberación de los servicios públicos fundamentales; luchar contra el fraude fiscal y social; buscar un "consenso para que la Unión Europea se implique más activamente en la salida de la crisis", y, en décimo lugar, aunque Griñán ha dicho que "es el primero", que la educación, el conocimiento, la investigación y la innovación e igualdad de oportunidades sea "la mejor estrategia para superar la crisis".