El Tribunal Supremo ha anulado la pena de tres años de prisión impuesta por la Audiencia Provincial de Oviedo a un agente de la Guardia Civil que zanjó una discusión con un bombero con el que había tenido un problema años antes colocándole los grilletes e introduciéndolo, detenido, en el coche policial. La pena se queda en multa de 720 euros, indemnización de 1.400 al detenido y 8 años de inhabilitación.

Los hechos por los que fue juzgado este Guardia Civil se remontan a mayo de 2009, cuando el condenado, Luis Manuel P.G., coincidió realizando su patrulla con un bombero que años antes había sido su compañero de trabajo.

El primero identificó al segundo como aquel que años antes le había denunciado por llevar una navaja en su vehículo, lo que motivó la incoación de un expediente administrativo sancionador. Ambos comenzaron a discutir y el agente terminó poniendo los grilletes y metiendo en el coche oficial al bombero, pese a las advertencias de sus compañeros sobre la ilegalidad del acto.

La sentencia del alto tribunal, de la que ha sido ponente el magistrado Andrés Martínez Arrieta, considera que en este caso ha existido un error de aplicación del Código Penal y se ha impuesto una pena desproporcionada, pues la acción cometida consistió en una transitoria y breve privación de libertad que debe ser penada únicamente con multa.