Cinco parejas de cigüeña negra paralizan la construcción de 1.600 viviendas y cuatro campos de golf en Ávila

El Tribunal Superior de Castilla y León ha paralizado la construcción de 1.600 viviendas, cuatro campos de golf y un hotel en el pinar de Las Navas del Marqués, Ávila, porque en la zona elegida para su ubicación habitan cinco parejas de cigüeña negra, una especie protegida, según informó el viernes El País.
Ejemplar de cigüeña negra. (vertebradosibericos.org)
Ejemplar de cigüeña negra. (vertebradosibericos.org)
vertebradosibericos.org
Ejemplar de cigüeña negra. (vertebradosibericos.org)
Para realizar el proyecto,  el ayuntamiento de Las Navas del Marqués compró el terreno a la antigua resinera que explotaba el pinar y se creó una sociedad compartida por el Consistorio (con el 70% de las acciones), la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León (20%), y la Diputación de Ávila, con el 10% restante.
No hay razones de interés público en la obra

Posteriormente, se recalificaron los terrenos, se aprobó la construcción de dos millones de metros cuadrados repartidos entre los 1.600 chalés, cuatro campos de golf, un hotel y una zona recreativa, todo ello bajo el nombre de "Ciudad del golf".

El terreno fue adquirido por una empresa de Murcia, por unos 10 millones de euros.

La denuncia de un vecino descontento

En España sólo quedan 322 parejas reproductoras de cigüeña negra y cinco de ellas se encuentran en esta zona calificada de utilidad pública y área crítica.

Para poder construir en esta zona, la Junta de Castilla y León trasladó las 11,6 hectáreas del área crítica a otro lugar.

Pero un vecino molesto porque su parcela no fue recalificada y el monte sí decidió llevar el asunto al Tribunal Superior de Justicia para que su propiedad fuese declarada urbanizable y el monte protegido.

Entonces, los ecologistas apoyaron su recurso.

La sentencia del Tribunal establece que dicha parcela no sea recalificada y que el proyecto "contraviene frontalmente" el decreto de protección de la cigüeña negra de la Junta.

De igual modo, establece que no tiene sentido destruir 200 hectáreas para reforestar otras 200; que podían urbanizar donde no hay pinar, y que no hay "razones de interés público" en la obra.

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