La moda que ilustraron en sus cuadros Manet, Renoir, Degas...

  • Una exposición repasa las tendencias de la moda parisina de la segunda mitad del siglo XIX con cuadros de los grandes pintores impresionistas.
  • Las obras captan la variedad de estampados y complementos que lucía la burguesía en las excursiones al campo y en los paseos por la ciudad.
  • Cerca de 20 prendas masculinas, medio centenar de vestidos y accesorios y una decena de sombreros femeninos completan la muestra.
'La dama de los abanicos', de Manet. La modelo, una mujer relacionada con la intelectualidad parisina, lleva un traje de inspiración argelina
'La dama de los abanicos', de Manet. La modelo, una mujer relacionada con la intelectualidad parisina, lleva un traje de inspiración argelina
Édouard Manet - © RMN (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
'La dama de los abanicos', de Manet. La modelo, una mujer relacionada con la intelectualidad parisina, lleva un traje de inspiración argelina

El impresionismo no solo capturó los matices visuales de la naturaleza, también fue el movimiento artístico del progresivo bienestar de la clase media. La burguesía parisina disfrutaba en su tiempo libre de exuberantes paisajes a las afueras de la urbe donde respirar aire fresco, luminosas reuniones en miradores y terrazas con muebles de jardín, meriendas campestres acompañadas de arreglos florales y botellas de vino...

Con la producción en masa, una de las innovaciones de la industrialización, lucir un vestido sofisticado era más fácil que nunca. Las prendas de tejidos ligeros, los complementos discretos y los estampados de rayas y topos componían el atuendo femenino de la época. El Museo d'Orsay de París expone hasta el 20 de enero L'impressionnisme et la mode (El impresionismo y la moda), un examen a la apariencia de los personajes de las obras de pintores como Edouard Manet y Edgar Degas.

La captura del momento efímero que perseguían los impresionistas, a pesar de no perseguir el detallismo, condensaba con una atmósfera imprecisa las actitudes y ademanes de los hombre y mujeres que paseaban, veían y se dejaban ver y participaban con su indumentaria en el juego social de la segunda mitad del siglo XIX. Los pintores no buscaban el posado forzado, sino el retrato cotidiano.

El miriñaque y el polisón

La muestra acompaña los cuadros de artistas como Pierre-Auguste Renoir, Claude Monet y Gustave Caillebote de unos 50 vestidos y accesorios —entre ellos una decena de sombreros— que ilustran con prendas reales las tendencias de la moda femenina que coincidió con el impresionismo.

El miriñaque, con la estructura de alambre que abultaba el vestido de cintura para abajo, comenzó a perder terreno frente al polisón —también de alambre—, que daba volumen al vestido sólo en la parte trasera, para acentuar la forma de la cintura. La moda masculina, señorial y poco variada, se puede disfrutar en la muestra con una selección de una veintena de piezas.

Para completar el análisis de las pinturas y las prendas, el museo recopila dibujos, grabados y una colección de las muchas publicaciones de moda de la época. Entre las revistas está La Dernière Mode, del poeta francés Stéphane Mallarmé, de la que sólo se editaron ocho números y en la que el escritor, con numerosos pseudónimos, muchos femeninos, era el único redactor.

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