El acusado de homicidio D.D., de nacionalidad búlgara, tras ser considerado el presunto autor de la muerte de un compatriota suyo el 8 de septiembre de 2011 en Huelva capital, concretamente en una chabola ubicada en el descampado triangular existente entre la autopista H-30, bajo el puente de esta carretera, ha reconocido los hechos, aunque su abogado, Ignacio García, ha asegurado que actuó bajo legítima defensa y bajo los efectos del alcohol, y ha destacado que su cliente al día siguiente se inculpó ante la Policía y "colaboró en todo momento".

Durante su declaración en el juicio, celebrado por el procedimiento de jurado en la Sala de Vistas de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva, el acusado, a través de su intérprete, ha insistido en que "no tenía intención de matarlo, sino que quería defenderme". En esta línea, ha insistido en que se llevaba "mal con la víctima porque éste era violenta y en una ocasión me clavó un tenedor" sin saber los motivos.

Por su parte, el letrado ha destacado que su cliente reconoce los hechos, los cuales "no ocurrieron de la forma tan fría" en la que se describen, sino que "hay que tener en cuenta una serie de antecedentes, como que el fallecido era algo violento y que ambos mantenían una relación de rivalidad". Otro aspecto que ha detallado es que tanto el acusado como la víctima actuaron "bajo los efectos del alcohol".

El acusado ha declarado que en la madrugada del día 8 de septiembre, su cumpleaños, compró bebida —concretamente vino y cerveza— junto a dos vecinos de la chabola y bebieron esa noche. Después de beber, se acostó y mientras dormía, el fallecido entró en la chabola y le despertó pidiéndole bebida y dinero, y como se negó, "me tiró del pie y salimos fuera donde empezó a golpearme con las manos en el pecho mientras me ofendía".

En ese momento, según ha indicado, cogió un palo cilíndrico y empezó a golpearlo cuando cayó al suelo y después lo arrojó a un canal cercano. Tras ello, se fue a despertar a un vecino para contarle lo sucedido.

En la vista han declarado tres vecinos de la zona de chabolas, un letón y dos lituanos. Uno de ellos ha asegurado que se sorprendió de estos hechos porque la víctima compartió bebida con ellos y "mientras bebieron, no discutieron" —refiriéndose al fallecido y al acusado—, aunque ha señalado que se acostó y que ellos siguieron bebiendo, así como que "estaban bastante borrachos".

El segundo testigo, amigo de la víctima, ha asegurado que días antes el fallecido salió del hospital y precisaba de una muleta para caminar porque tenía escayolada la pierna derecha, a la par que ha indicado que el acusado "quería robarle baterías de coches" que tenía la víctima, así como que cuando se enteró al día siguiente de los hechos, se creyó que era "broma".

Del mismo modo, ha subrayado que el acusado, cuando llegó la Policía, al lugar de los hechos, "intentó quemar la cartera del fallecido con toda su documentación", a lo que ha añadido el tercer testigo que bebieron en un polígono industrial y que a la mañana siguiente encontró al acusado "tranquilo como si no hubiera ocurrido nada".

Este miércoles proseguirá el juicio y testificarán médicos forenses y agentes de la Policía Nacional en una vista que se desarrollará a partir de las 10,00 horas.