El París que vio y creó Hollywood

  • El primer cine estadounidense optó pronto por hacer de la capital francesa su decorado preferido.
  • Una exposición recorre ahora aquella etapa en la capital francesa.
Imagen facilitada por el Ayuntamiento de París de Audrey Hepburn en el filme 'Charada'.
Imagen facilitada por el Ayuntamiento de París de Audrey Hepburn en el filme 'Charada'.
EFE
Imagen facilitada por el Ayuntamiento de París de Audrey Hepburn en el filme 'Charada'.

París, escenario en el que transcurre la trama de más de ochocientas películas de Hollywood, muchas de ellas ni siquiera rodadas en la capital francesa, recibe el homenaje de una exposición que refleja cómo el séptimo arte ha hecho de ella un mito.

Los ojos de Audrey Hepburn en Charade miran ahora desde los carteles que promocionan la muestra organizada por el Ayuntamiento de París como reclamo de lo que es una visión cronológica que comienza con el cine mudo, que eligió a la ciudad como temprano icono.

Clásicos como Los tres mosqueteros, Alejandro Dumas, o Nôtre Dame de París, de Victor Hugo, que fueron versionados por Hollywood ilustran cómo el primer cine estadounidense optó pronto por hacer de la capital francesa su decorado preferido.

Incluso aunque la ciudad fuera simplemente eso, un decorado, como decidió Ernst Lübitsch al situarla en diez de sus cintas sin rodar un solo plano en los escenarios reales. El propio director ya resumió lo que París era al principio para los grandes estudios de Hollywood: "hay el París de la Paramount y el París de la MGM. Y luego, claro está, el de verdad".

Sofisticación y erotismo se convirtieron después en palabras asociadas con París ya en los filmes de los años treinta y cuarenta del siglo XX, donde a la capital francesa se la vinculará ya durante décadas en el ideario colectivo con los conceptos del refinamiento, la elegancia y la moda.

La muestra exhibe carteles, documentos de rodaje, recuerdos de las estrellas que protagonizaron los filmes que se situaban en París, sus cartas y sus trajes, como los de Greta Garbo, Audrey Hepburn, Marlene Dietrich, Fred Astaire, Shirley McLaine o Peter Sellers. Y se centra en algunos de los filmes que marcaron la tendencia que otros siguieron en la representación de la ciudad de la luz en el celuloide, como Un americano en París.

Para Antoine de Baecque, se trata de la cinta más célebre y popular de las que tienen París como decorado porque es "la que impone a París como ciudad de la cultura por excelencia, ciudad de los impresionistas".

De Baecque explicó a la prensa que el filme de Vincente Minelli protagonizado por Gene Kelly y Leslie Caron en 1951 "marcó a millones de espectadores al imponer la idea de que la cultura moderna nació en París y que de cierta manera los Estados Unidos eran sus descendientes".

A partir de entonces los cineastas estadounidenses se desplazan a París para rodar en los escenarios naturales y llegan a utilizar en sus películas, como en Charada (dirigida por Stanley Donen en 1963), elementos del cine más moderno hecho en la ciudad, como los de la "nouvelle vague".

El recorrido de la exposición, que estará abierta en la sede del Ayuntamiento parisino hasta mediados de diciembre, termina con los ejemplos más recientes del cine estadounidense, no necesariamente hollywoodiense, realizado en la capital gala. Numerosos bocetos y diarios de rodaje de Woody Allen toman el relevo de la muestra con motivo sobre todo de uno de los filmes que más éxito han tenido en los últimos años al tomar a la ciudad como escenario fundamental de la trama: Midnight in Paris.

Aunque los organizadores no han dejado de lado la visión menos amable, más catastrofista que de la ciudad han dejado otros cineastas contemporáneos, que se atreven con el símbolo de la capital, la Torre Eiffel.

"Uno de los motivos clave de las películas más recientes es su destrucción", reconoce De Baecque, para quien acabar con el emblema de París en el cine es un elemento reincidente en filmes dirigidos después del derribo de las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001. "Es una especie de castigo contra los 'aliados malos franceses', que rechazaron hacer la guerra en Irak y se les castiga, a veces por parte de terroristas (...) como por una especie de traición", afirmó el comisario de la muestra.

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