El fundador de Nueva Rumasa, José María Ruiz-Mateos, se ha ofrecido a mantener reuniones con representantes de todos los tenedores de pagarés emitidos por empresas del holding "sin ningún subterfugio ni interés propio" y con el objetivo de abordar el pago de la deuda contraída con estos inversores.

Tras anunciar un acuerdo verbal con el experto en quiebras Ángel de Cabo para recuperar las sociedades que le vendió hace un año, el empresario octogenario cree necesario el "contacto directo" con los inversores para "crear vínculos de colaboración en el objetivo de erradicar la crisis".

"José María Ruiz-Mateos muestra su diáfana, honesta e íntegra voluntad personal, siempre refrendada por sus palabras, dispuesto a escuchar cuantas sugerencias y proyectos se quieran aportar, además de explicar los suyos propios, que son cauces diversos en el propósito permanente de cumplir con sus compromisos", indica en un nuevo comunicado.

De este modo, el empresario jerezano "abre todas las puertas" en esta etapa de "diálogo directo, sin ningún subterfugio ni interés propio que no sea el de los inversores", que, según la nota, constituyen "su única preocupación y ocupación por cada día de trabajo que desempeña sin descanso".

Numerosos afectados por los pagarés de Nueva Rumasa se querellaron contra la familia Ruiz-Mateos, que está siendo investigada por la Audiencia Nacional por presunta estafa, entre otros supuestos delitos.

La Fiscalía Anticorrupción concluyó que los Ruiz-Mateos captaron un total de 385,3 millones de euros de 4.110 inversores mediante la emisión de pagarés de 13 empresas del grupo. Los fiscales fijan en 289,1 millones de euros el total que se adeuda a los inversores, ya que el holding abonó algo menos del 25% de las obligaciones.