Morenilla mantiene que si desde la Emshi no se hubiera mirado hacia otro sitio, el fraude no se habría producido

El exgerente de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), José Juan Morenilla, ha mantenido este miércoles que si desde la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) no se hubiera mirado hacia otro sitio, el presunto fraude en Emarsa "no se habría producido".

El exgerente de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), José Juan Morenilla, ha mantenido este miércoles que si desde la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi) no se hubiera mirado hacia otro sitio, el presunto fraude en Emarsa "no se habría producido".

Morenilla se ha pronunciado en estos términos en su segunda declaración ante el titular del juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, encargado de investigar un supuesto fraude de 25 millones de euros en la gestión de la depuradora de Pinedo.

El exgerente de Epsar ha reiterado a lo largo de su declaración la responsabilidad de Emshi en la gestión de Emarsa, puesto que entiende que ésta cubrió ampliaciones de capital y pérdidas "sin ningún informe técnico que analizara en que se gastaba el dinero Emarsa". A este respecto, ha lamentado que no se constituyera la Comisión de Vigilancia de la contratación, tal y como marcaba la Emshi, ni se registraran los contratos mayores de 600 euros.

En cuanto a la posible responsabilidad por parte de la Epsar, Morenilla ha defendido que esta entidad se dedicaba a verificar los costes a través de las unidades que sí que eran reales y que se basaban en los datos suministrados por Emarsa; y también del seguimiento de las instalaciones que se hacía por parte del controlador, "supervisado todo por los servicios técnicos de la Epsar".

En esta línea, interpelado por las certificaciones, ha explicado que la Epsar siempre pagaba contra certificaciones de explotación elaboradas por los servicios técnicos de la entidad. "Los pagos se hacían por transferencia bancaria, jamás en efectivo ni por cheque, y siempre con la firma mancomunicada del gerente de la Epsar y del director económico financiero o de la directora de la asesoría jurídica", ha sostenido.

Asimismo, preguntado por la inspección y control sobre Emarsa, ha indicado que la Epsar si que realizó un control sobre la instalación, pero no sobre la empresa Emarsa. Éste no fue un control ni mercantil de la sociedad ni contable, ha dicho.

En este punto, interpelado por las obras de reparación, ha incidido en que éstas no eran supervisadas directamente por la empresa controladora, "sino que lo que se verificaba era el aspecto funcional". Tras pronunciar esta frase, el magistrado le ha preguntado cómo se podía entonces llegar al caso de pintar una fachada de ladrillo caravista y ante la facturación de ese concepto que nadie lo advirtiera. Y al respecto ha respondido que la empresa controladora no autorizó ni conocía esta actuación, y ha agregado que ni desde la entidad de saneamiento se recibió o tuvo las facturas que los proveedores emitían a Emarsa.

En definitiva, ha señalado que lo que la entidad de saneamiento no ha hecho es fiscalizar a Emarsa, porque "nosotros creíamos que eso lo hacía la Emshi, ya que de acuerdo con toda la legislación aplicable, es la responsable última de los actos de Emarsa y, de acuerdo con la Ley de Bases de Régimen Local, es la que tiene la competencia y responsabilidad en la depuración de las aguas residuales del área metropolitana". Por ello, entiende que si desde la Emshi no se hubiera mirado hacia otro sitio, "el presunto fraude no se podría haber producido".

CONVENIOS

Morenilla también ha hecho referencia en su declaración a las dificultades para firmar los convenios con la Emshi. Respecto al del año 2004, ha indicado que "gracias a la Epsar, la EDAR de Pinedo no se ha colapsado desde el año 1993, porque no es que no haya habido problemas con el convenio, sino que es que la Emshi no sabemos a qué se dedicaba".

En este sentido, ha explicado que los documentos se enviaban y "nunca" en 18 años ha habido respuestas. Así, ha dicho que hubo que recordarles "varias veces" —a la Emshi— que no había convenio suscrito y que había que firmarlo. "Aún así —ha agregado— la Epsar continuó durante 2003 y hasta la firma del convenio financiando los gastos de explotación para evitar el colapso de la instalación, y en febrero de 2004 por fin se aclararon y se firmó el convenio, aunque no se aprobó", ha dicho.

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