El autor confeso de la muerte de Laura Alonso es "cruel, manipulador y mentiroso", según la psicóloga de la víctima

La autopsia determinó que murió estrangulada con su propia chaqueta y varios testigos dicen que recibía mensajes amenazantes del acusado
JUICIO POR EL ASESINATO DE LAURA ALONSO
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EUROPA PRESS
JUICIO POR EL ASESINATO DE LAURA ALONSO

La psicóloga Isabel Calle, que trató a la joven Laura Alonso, cuyo cadáver fue hallado en agosto de 2009 en un monte de Toén (Ourense), ha definido al autor confeso de la muerte de la chica, Javier Cruz, como "un hombre irritable, cruel, manipulador y mentiroso". En su testimonio durante la segunda jornada del juicio que tiene lugar en la Audiencia Provincial de Ourense, esta profesional ha explicado que trató a la víctima por "depresión y estrés postraumático" causados por maltrato físico y psicológico que el acusado ejercía sobre ella.

En la sesión de la mañana se desgranaron las declaraciones de los padres de Laura Alonso, muerta en la noche del 23 al 24 de agosto de 2009 y hallada seis días después, su último novio y numerosas amigas y amigos que, en su mayoría, conocían la relación entre la víctima y su asesino confeso, aunque la mantenían en secreto porque él no quería que fuese conocida públicamente, según han expuesto.

La psicóloga atendió a la joven hasta su muerte desde el mes de febrero de 2009 en 25 sesiones de una hora semanal por una anorexia nerviosa, diagnosticada por el médico de cabecera, y que fue el motivo expuesto por los padres para buscar asistencia psicológica.

"En realidad —ha añadido— yo ví a Laura triste, gris y llorosa y en cuanto le pregunté ya me explicó que no podía comer porque se lo impedían un nudo en la boca del estómago y presión en el pecho, por lo que su problema no era por la apariencia física, como la anorexia, sino por los disgustos que llevaba encima", ha explicado.

Denuncia por malos tratos

En ese sentido, ha agregado que la joven le narró que pasaba los fines de semana llorando porque su pareja, en referencia a Javier Cruz, le prometía mil cosas y luego no aparecía, la llamaba días después y le pedía perdón y todo volvía a empezar, pero también le detalló malos tratos físicos, como una paliza a finales de 2008 que ella denunció ante la Policía.

"Acabó retirando la denuncia porque Javier la amenazó con matar a sus padres y con fotos comprometidas suyas, pero en su relación siempre me narró que solía ahogarla y soltarla luego, y tenía que disimular los hematomas usando pañuelos en el cuello en invierno y en verano", ha declarado Isabel Calle.

Según el testimonio de la psicóloga, que habló como testigo pero también como perito, Javier y Laura mantenían una relación desde que ella tenía 12 años, pues él era cliente habitual del bar familiar. Esa relación tan problemática, según la psicóloga, creó en Laura una gran confusión mental de "lealtades, amor-odio y culpas", pero comenzó a distanciarse de él en 2009 e incluso, según Calle y otros testimonios, Laura recuperó su "alegría y ganas de vivir y de comer".

A petición del abogado de la acusación, la psicóloga definió al acusado como una persona "irritable, cruel, manipuladora y mentirosa", pues llegó a decirle a la víctima "que tenía Sida o que estaba enfermo del corazón para que ella llorase mientras él se reía". Añadió que avisó a los padres de Laura Alonso de que ésta podía correr peligro, pero no les dio el nombre del acosador "porque a veces iba con ella a las sesiones y luego la esperaba para saber qué había contado".

"Era una persona peligrosa para ella, así que la animé para que saliese de nuevo con su pandilla y se interesase por otros chicos de su edad y comenzó a enamorarse de otro chico, Jorge, del que ella me decía que la trataba como una princesa", ha relatado.

Advertencias a la familia

Por su parte, el padre de la víctima, Cesáreo Alonso, ha explicado que la psicóloga hacía un seguimiento semanal de cómo comía la joven para confirmar que progresaba, y le advirtió de que su hija recibía amenazas de un novio que había tenido. "Pero nunca llegó a decirnos su nombre pero sí que por su relación, nuestra hija podía llegar a salir en las hojas de sucesos", agregó.

El padre de Laura supo por su hija que su asesino confeso la amenzaba, pero desconocía la relación entre ambos, así que, según explicó, se presentó en el taller donde trabajaba "y se encendió todo y cogió una escoba como para venirse hacia a mí", pero siguió sin sospechar nada "porque la niña era estudiosa, trabajadora y alegre".

Por su parte, la madre de Laura, Ramona Pérez, recordó en el juicio que su hija recibía en el teléfono móvil mensajes de amenaza como el de "eres para mí o para nadie o acabaré con tu vida". Esta circunstancia era conocida también por varios testigos que declararon después y que vieron los mensajes en el teléfono de la joven cuando ella los mostraba.

El último novio de Laura Alonso declaró que la noche de su asesinato él estuvo con ella hasta la 1.20 horas de la madrugada del 24 y por la mañana descubrió que tenía una llamada perdida desde el teléfono de ella de las 3.00 que no escuchó porque para dormir deja su teléfono en posición de silencio.

En su testimonio indicó que conocía la relación de Laura con Javier, y que éste la maltrataba con golpes y amenazas, así como las visitas a la psicóloga "por problemas de su anterior relación".

Otros testigos

Entre los diversos testigos que pasaron este martes por la Audiencia Provincial declararon varios agentes de la Guardia Civil que participaron en la búsqueda del cuerpo, que apareció oculto y con signos de violencia en un paraje poco accesible de los montes de Toén.

Uno de los agentes indicó que la autopsia del cadáver determinó que la joven murió estrangulada "con un lazo poco habitual" hecho con la propia chaqueta de la víctima. Esta versión contrasta con el testimonio dado este lunes por al autor confeso de la muerte de la chica, quien reconoció que le había echado "las manos al cuello".

También ha estado presente en la sesión el abogado del Estado que participa como reclamante de los gastos ocasionados durante la búsqueda del cuerpo de Laura Alonso durante seis días a cargo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

También asistieron numerosos curiosos que llenaron la sala para escuchar los testimonios. Según fuentes del juzgado, este martes será para la toma de declaraciones de todos los testigos y el miércoles se prevé la de 17 peritos y la exposición de las conclusiones definitivas de cada una de las partes.

Proseguirá la deliberación de los miembros del jurado popular, compuesto por seis hombres y tres mujeres, que deberán determinar si Javier Cruz cometió un asesinato, tal como sostiene el abogado de la familia, un homicidio como dice la fiscal, o un homicidio imprudente, como pide su defensa.

Si prospera la tesis de su defensa, el acusado confeso podría tener una condena de uno a cuatro años o de 14 a 20 si el jurado considera demostrado sin duda posible que Javier Cruz la mató a propósito estrangulándola.

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