La ciudad de Barcelona y su área metropolitana han vivido este lunes una jornada complicada para la movilidad ya que, por primera vez, han oincidido en una convocatoria de huelga los trabajadores de metro y autobuses, así como los de Cercanías y Regionales, y los de Ferrocarriles de la Generalitat.

Los servicios mínimos se han cumplido en general con algunas incidencias en las primeras horas de la huelga, según han informado portavoces de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y las compañías Adif y Renfe.

Según un portavoz de Renfe, se han registrado retrasos de unos 30 minutos en un tren de la línea de Cercanías R-4, entre Terrassa y Martorell, de unos 20 minutos en otro tren de la R-3 y también de unos 20 minutos en otro convoy de la R-1 a causa de una incidencia en unas instalaciones en L'Hospitalet.

Un total de cinco autobuses se han visto afectados por actos de sabotaje mientras estaban en cocheras, y tres de ellos han sido encontrados con las ruedas pinchadas, otro con los cristales rotos y un quinto con los vidrios pintados.

En algunos momentos, entre las 8 y las 9 de la mañana, se ha regulado el flujo de pasajeros desde los vestíbulos de metro de La Sagrera, Verdaguer, Sagrada Familia y Sants Estació para evitar que se superase la capacidad de los andenes.  

El rechazo a la eliminación de la paga de diciembre que ha aprobado por Real Decreto el Gobierno para todo el sector público ha llevado a los sindicatos de estas empresas a llamar a los trabajadores a seguir un paro de 24 horas.

La huelga de transporte, junto al inicio del curso universitario, ha provocado tráfico denso durante toda la mañana, mayor que otros lunes, con vías de acceso de Barcelona, como la B-23, la C-58, la C-32 y la C-31, muy cargadas. Muchos ciudadanos que habitualmente utilizan los transportes públicos en sus desplazamientos por el Área Metropolitana de Barcelona han optado por coger su coche, ante el temor de que la huelga les dificultara llegar con normalidad a sus puestos de trabajo.

El Servei Català de Trànsit ha indicado que en la C-58 una avería de un turismo en Montcada i Rexach, ocurrida sobre las 09.00 horas, ha contribuido a complicar también la circulación al obligar a cortar un carril en sentido Terrassa, lo que ha provocado unos siete kilómetros de retención en ambos sentidos.

También ha señalado que en la AP-7, en Barbera del Vallés (Barcelona), las colas han sido de unos seis kilómetros, y que hay retenciones de casi doce kilómetros en la B-23/AP-2, de entrada y salida de Barcelona por Sant Just Desvern. Además, en el cinturón del litoral se han registrado hasta seis kilómetros de paros intermitentes; en la A-2, en Pallejà, las colas han alcanzado los siete kilómetros, y en la C-31, en Badalona ha habido cinco kilómetros de colas.

En metro, autobuses y los ferrocarriles, los servicios mínimos se han extendido por primera vez durante toda la jornada, de manera que se garantizara el 50% de los viajes en hora punta (de las 06.30 a las 09.30 horas, y de las 16.00 a 20.00 horas) y el 20% en el resto del horario de funcionamiento.

Hasta ahora, nunca se habían decretado mínimos en las horas consideradas valle y la franja horaria considerada punta era más reducida. Por ejemplo, la Generalitat ha adelantado la hora punta de la tarde a las 16.00 horas en lugar de las 17.00 horas de otras ocasiones para adaptarla mejor al horario de salida de los colegios. Además, en las líneas del Bus del Barrio se mantendrá un vehículo en cada línea durante todo el día. En Cercanías y Regionales de Renfe, la Generalitat ha dictado unos servicios del 66% en hora punta y del 33% el resto de la jornada.

Los sindicatos de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), que aúna a la empresa que gestiona el metro y a la de los autobuses, denuncian que se quiera aplicar una rebaja equivalente aproximadamente al 7% del salario aunque el convenio preveía la congelación salarial en 2012 y 2013.

En los servicios de Renfe la protesta de los sindicatos por esta reducción salarial se suma a las movilizaciones que llevan a cabo desde hace meses contra una eventual privatización de la operadora. Los sindicatos del metro y autobuses han llamado a los ciudadanos a no pagar el billete este lunes para protestar por unos servicios mínimos que consideran abusivos.