El consejero de Economía y Empleo de la Junta de Castilla y León, Tomás Villanueva, ha reconocido este lunes que la planta nuclear de Santa María de Garoña, ubicada en el Valle de Tobalina (Burgos), está en estos momentos más cerca de no tener actividad que de tenerla y, tras confesarse "muy preocupado" por el futuro laboral y económico de esta zona, ha recordado que en la vida "no hay nada que no tenga solución, menos la muerte".

De este modo se ha pronunciado Tomás Villanueva tras la reunión mantenida este lunes con los ejecutivos de Nuclenor con el director de la Central Nuclear, José Ramón Torralbo, a la cabeza, un encuentro que se ha prolongado durante cerca de una hora y en el que los responsables del reactor burgalés le han trasladado su voluntad de reconducir la situación, una vez que la pasada semana la empresa decidiese no solicitar la prórroga de la vida útil de la planta hasta el año 2016.

Estas son las dos principales conclusiones de esta reunión solicitada la pasada semana por la Junta, que ha aprovechado este encuentro para trasladar su "sorpresa sincera" y su "decepción" —Villanueva ha preferido descartar la palabra traición— ante la decisión final de Nuclenor de no solicitar la prórroga ya que, según ha defendido, la empresa había trasladado siempre al Gobierno autonómico su "voluntad" e "interés" por hacer efectiva esa posibilidad de continuidad, máxime cuando el cambio en la regulación de la energía "se sabía desde hace mucho tiempo".

A su juicio y así se lo ha trasladado a los directivos de Nuclenor, la empresa debería haber solicitado en tiempo esa prórroga de la vida útil de Garoña, como establecía el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), ya que dispondría de "otros mecanismos" después para desistir de esa posibilidad que obliga a los propietarios (Iberdrola y Endesa) a realizar inversiones por 120 millones de euros, muy lejos, en su opinión, del lucro cesante que en su día reclamó la propia compañía por el cese de la actividad.

Tras expresar su "respeto" por la "decisión incomprensible" adoptada finalmente por Nuclenor, Villanueva ha asegurado no entender los motivos de la empresa para no pedir en tiempo esa prórroga al apelar a una "supuesta incertidumbre" en el marco regulatorio y ha aclarado que los directivos le han asegurado en este encuentro que en su decisión no ha tenido nada que ver un posible tributo autonómico a este tipo de energía, "entre otras cosas porque la Junta nunca ha pensado en este tributo en las actuales circunstancias de terminación de su actividad en el año 2013.

"Así se le explicó desde el Gobierno a los responsables de Nuclenor cuando nos solicitaron información hace mucho tiempo", ha aseverado Tomás Villanueva, que ha insistido en que en esta coyuntura la Comunidad no ha dedicado "ni un sólo segundo" a valorar ese tributo.

Preguntado por el argumento de Nuclenor que en su comunicado de la noche del miércoles aseguraba haber mandado sendas cartas a las consejerías de Economía y Hacienda para interesarse por los trámites de ese tributo a la energía nuclear, Villanueva ha asegurado que los escritos no llegaron hasta una llamada por parte de la propia Junta y ha reiterado que el Gobierno autonómico "nunca" pondrá un gravamen que haga inviable un proyecto.

El consejero ha informado también de que en las últimas horas se ha mantenido en contacto con los responsables de las compañías propietarias de la central y ha recordado que la pasada semana se dirigió al Gobierno de España para solicitar un encuentro con el Ministerio de Industria para conocer de primera mano su posición y qué deriva puede tener la situación.

Apela al esfuerzo de las partes

En este sentido, ha apelado a la voluntad y al "esfuerzo" de ambas partes para que se sienten a negociar "de forma inmediata" para reconducir la situación actual, a la que ha tildado de "difícil", si bien ha admitido desconocer las posibilidades jurídicas y administrativas de una posible prórroga para esa solicitud de continuidad de la vida útil de Garoña —Nuclenor había pedido dos meses al Ministerio de Industria—.

Villanueva ha reiterado el interés del Gobierno de Castilla y León porque la actividad continúe siempre que esté garantizada la seguridad de la planta, una decisión que tomarán los responsables de Nuclenor una vez conozcan el nuevo marco regulador y despejen las dudas sobre las tasas. "Harán sus números y verán su viabilidad", ha explicado el consejero, que ha rechazado cualquier tipo de presión o chantaje por parte de unas empresas "serias".

"Vamos a ver cómo evolucionan las cosas", ha concluido el titular de la cartera de Economía y Empleo en el Gobierno de Castilla y León, que ha asegurado que de no producirse finalmente esa prórroga de la actividad la Junta pedirá a las compañías propietarias y al Gobierno de España un plan alternativo real para la zona, "y no precipitado como la otra vez" —en referencia al plan de reestructuración del Gobierno socialista—, que, según ha admitido, tampoco será fácil ante la actual coyuntura de la economía.

Sobre la postura del CSN, Villanueva ha aclarado que una cosa es la prórroga de la solicitud de la continuidad —que expiró el 6 de septiembre— y otra los plazos necesarios para que determine y se pronuncie sobre la viabilidad técnica para continuar, que está estimado en unos diez meses. Según ha recordado, Garoña tiene una parada técnica prevista para junio de 2013 que, a su juicio, se podría prolongar durante uno o varios meses.

Finalmente, el consejero de Economía ha informado de que los responsables de Nuclenor le han trasladado "de forma inequívoca" la "garantía absoluta" del "buen funcionamiento" y del "buen estado" de las instalaciones de Santa María de Garoña que mantiene todos los indicadores en el estado verde en las evaluaciones trimestrales que realiza el CSN. "Estas instalaciones no tienen ningún problema", ha sentenciado.