Un preso enfermo de cirrosis hepática pide su libertad condicional al cumplir el 75% de la condena

Un preso interno en la cárcel de Sevilla-I que tiene diagnosticada cirrosis hepática ha elevado este lunes un escrito al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria en el que solicita directamente su puesta en libertad condicional al haber cumplido ya tres cuartas partes de la condena que le fue impuesta en su día.

Un preso interno en la cárcel de Sevilla-I que tiene diagnosticada cirrosis hepática ha elevado este lunes un escrito al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria en el que solicita directamente su puesta en libertad condicional al haber cumplido ya tres cuartas partes de la condena que le fue impuesta en su día.

En el escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, el abogado del interno, Martín Eliseo, pide la puesta en libertad condicional de su cliente, "toda vez que la prisión no formaliza el expediente administrativo" de libertad "y dado que, además de cumplir el requisito temporal de las tres cuartas partes, cumple los demás requisitos".

En este sentido, el letrado de Francisco Javier Caramel Guillén, que lleva encarcelado desde el año 1997, pone de manifiesto en el escrito que, además de llevar cumplidas las tres cuartas partes de la condena, "está clasificado en tercer grado" y, además, "no tiene sanciones".

A todo ello se suma, según el abogado del condenado, que éste "tiene una enfermedad incurable, pues padece cirrosis hepática", y para demostrar ésto último deja señalado los archivos del centro penitenciario "a efectos probatorios".

Según explica, la petición "tiene fundamento en los criterios asumidos" por los jueces de Vigilancia en 1994, y es que "el criterio número 57 establece que, cuando en el expediente personal del interno que obre en el Juzgado de Vigilancia figuran los datos necesarios suficientes para comprobar la concurrencia de los requisitos legales, el juez puede autorizar directamente la libertad condicional, sin necesidad del expediente administrativo".

Esta petición se produce después de que el preso, natural de Sevilla y que fue visitado en la cárcel por el propio Miguel Montes Neiro —que fuera el preso común más antiguo de España—, recibiera este mismo fin de semana un permiso penitenciario de dos días que le dio la oportunidad de pasar este fin de semana fuera de la prisión, a la que volvió este mismo domingo.

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